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Al borde del colapso total

  • Alfonso García se reúne con la Comisión Deportiva sin tomar una determinación acerca de su cese de Soriano

  • Consideran que merece el margen de contar con los nuevos fichajes

Al borde del colapso total

Al borde del colapso total

Como los edificios mal construidos que se derrumban a las primeras de cambio con el menor temblor de tierra, la UD Almería se encuentra muy cerca del colapso total. Antes, cuando había una crisis, Alfonso García sacaba su brazo ejecutor, destituía al entrenador de turno y la rueda volvía a girar. Desde que en verano renovaba a Soriano con la promesa de mantenerlo dentro del organigrama del club en caso de devenir un posible cese, el máximo mandatario parece haber templado el ánimo.

A última hora de la tarde de ayer, tras pasar el trago de medirse a los chinos del Chongqing en un amistoso pactado antes de caer en Cádiz de nuevo con sensaciones esperpénticas, Soriano volvió a someterse al escrutinio del dueño de la entidad, que siguió desde el palco el bolo para luego citarse con la Comisión Deportiva. Por allí andaban también Pepe Bonillo e incluso el reaparecido Ricardo Martínez.

Alfonso García le dio plenos poderes y reitera su confianza mientras se sienta con fuerzasLa dimisión sería una salida limpia para las dos partes, evitándose así una destitución

La reunión sirvió para constatar la evidencia de que el club sigue desnortado, alejado del clamor de una afición que ya pide sin disimulo un cambio de rumbo en el banquillo, aunque solo sea como puro efecto catártico y exorcizador.

Alfonso García, no creyente declarado en materia de entrenadores, sigue pensando que el posible remedio puede resultar peor que la enfermedad y mantiene a Soriano en el puesto contra viento y marea, sin excesiva confianza, pero sí convencido de que merece el margen de contar con todas las contrataciones que se van a acometer antes de que expire el mercado invernal, ya que faltan por llegar al menos un central y un delantero.

A Soriano no le ha funcionado el plantel que él mismo diseñó a su imagen y semejanza durante el verano (prefirió a Trujillo antes que a Saveljich y solicitó el regreso de Corona o a la continuidad de muchos jugadores que no le han respondido en el campo) y ahora el presidente acude al rescate dispuesto a enmendarle la plana acometiendo él directamente los fichajes, pero manteniéndolo al frente de la nave en lugar de buscar a otro capitán.

La última vez que anduvo en la picota, si con el maño puede emplearse dicho término (ya que al fin y al cabo en caso de destitución permanecerá vinculado a la entidad) fue tras la derrota en casa frente al Getafe que generó gritos hacia el presidente. Hubo entonces reunión de urgencia y la conclusión fue que Soriano seguiría al mando mientras se sintiera con fuerzas.

El núcleo duro del vestuario, ese que mima en las alineaciones, le está reportando mucho apoyo y sustento para levantar el ánimo en los momentos de bajón, pero quizá ha llegado el día en que Soriano, que en más de una ocasión ha proclamado su amor por los colores y sentirse almeriense de adopción, empiece a considerar seriamente la posibilidad de una dimisión.

Sería una salida limpia para ambas partes. Del lado del presidente porque no se vería en la tesitura de tener que destituirlo. En la parte del entrenador porque de cara a la afición (la misma que le profesó un respeto casi reverencial como jugador) quedaría como alguien que ha preferido anteponer los intereses de la entidad a los suyos particulares.

Hasta sus más fieles correligionarios empiezan a apostatar a fuerza de escucharlo predicar en sus comparecencias de prensa posteriores a los partidos realidades completamente opuestas a las que se han visto por televisión. Ese aire de prepotencia o ninguneo a una grada con abonados de la época del Poli y el CF ya le pasa factura.

Conociendo su integridad, la idea ha debido revolotearle ya por la cabeza, si bien es complicado dar un paso al margen de ese calibre cuando acaba de arrancar la carrera en los banquillos y cuenta en su currículum con una salvación en apenas cuatro jornadas. He ahí el dilema.

Soriano, con gesto de estar superado en la rueda de prensa que ofreció tras caer en Cádiz

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