El CD El Ejido encadenó su séptima jornada sin conocer la victoria y ayer sufrió una nueva derrota que le mantiene naufraqgando en una mala racha que hoy, dependiendo del resto de resultados que se den en la jornada, podrían llevarle a los puestos de descenso, mientras que los granadinos ofrecieron una muy buen imagen. Incluso con la tara de un encuentro no demasiado brillante de los de Lluís Planagumà, Peña se erigió en amo y señor del partido con dos goles -el segundo de bellísima factura- y una gran actuación general que valen para que el filial estrene su casillero de triunfos en 2017. Con tres fichas libres tras las cesiones de Clifford al Atlas y Galeano al Atlético Malagueño, más la reciente incorporación de Marc Nierga al Lleida Esportiu, el club decidió acelerar a lo largo de la semana las gestiones para tramitar su alta. Ayer ya tenía ficha. Planagumà le dio la oportunidad y el punta de lanza sudamericano tardó solamente cinco minutos en darle la razón.

Fue ese el tiempo que transcurrió desde el silbatazo inicial del colegiado con nombre de ministro -Cristóbal Montoro Garrido- hasta el momento en el que el 'B se puso por delante en el electrónico. Una buena jugada combinativa y de posesión larga servía para que Marín, que volvía a repetir en el lateral izquierdo, sirviera un centro medido que Peña no dudó en empalar y convertir de primeras en el 1-0. En el esquema del técnico barcelonés se apreciaban cambios. Con Navarrete en la grada por problemas físicos, Sulayman volvió a ejercer de hombre-gancho. Mal día para el gambiano, en la retaguardia de un centro del campo comandado por Pol Llonch y un gran Matheus Santana, que repetía en el once.

Con esas mimbres, y el premio de Antonio Marín repitiendo como titular aunque no en su posición natural, Tomás Sánchez ejerció de extremo hasta que el catalán decidió darle descanso al canterano para meter a Entrena. y atrás Pawel le ganó la partida a Hugo. El polaco, que es capaz de lo mejor y lo peor, fue protagonista tan sólo cuatro minutos después del madrugador gol de Sergio Peña. O mejor dicho; coprotagonista. Porque entre él y, sobre todo, Corozo pusieron en bandeja de plata el empate ejidense. El ecuatoriano estuvo muy lejos de lo que nos tiene acostumbrado, y en su primera toma de contacto con el juego se tragó un pase al espacio cuyo centro despejó de manera horrible, aunque no sin dificultades, el central de Debica. En el punto de penalti, y sin más oposición que la de su propia puntería, Javilillo fusiló la portería defendida por Pol Ballesté.

Inicio eléctrico y tanto de la igualada que daba alas a un Ejido al que le urgía sumar tres puntos. Con la derrota de ayer acumula siete jornadas consecutivas sin ganar y se acerca peligrosamente a la zona de descenso directo a Tercera División. El resto de la primera mitad mostró la mejor versión visitante. El 'B', no obstante, se sostuvo en la figura de un gigante Peña, que remataba con el exterior y en el ecuador otro envío desde la derecha y aparecía en todas. Pese a ello, los granadinistas tenían problemas para salir desde campo propio y Admonio pudo hacer el 1-2 en el 30'. Curioso que fuera Matheus Aias el que gozara de la oportunidad más clara en los estertores de los primeros cuarenta y cinco minutos. Una buena presión de su compatriota y tocayo Matheus Santana, y un pase filtrado de este, dejaron al brasileño solo frente a García, que ganó la partida psicológica y la sacó con el pie.

Tras la reanudación volvió a aparecer Peña. Empezó en banda y acabó en el centro con el regreso de Jean Carlos en sustitución de un buen Santana. En todos lados hizo daño. Por dentro creando superioridades y en el costado con cabalgadas y cambios de juego. Precisamente de un muy buen remate suyo repelido por el arquero visitante llegó el 2-1. Un córner y después otro consecutivo de Tomás que Pawel aprovechó para saltar más que nadie y enmendar su fallo en el tanto del empate (60'). El cambio de cromos en el mercado invernal no ha afectado a la buena dinámica rojiblanca. Planagumà podría haber dado rápido con la tecla. los nuevos, al menos ayer, fueron decisivos. El Ejido se apocó tras el segundo tanto y a la contra Luis Suárez, recién ingresado sirvió un esférico que de nuevo Peña, en el punto de penalti, golpeó de primeras con el interior aunque con virulencia. El esférico salió como un misil, impactó contra el larguero, botó y limpió la red superior del arco. Como si estuviera jugando con sus colegas: vamos, en su peña.