Daniel Ricciardo (Red Bull) ganó el caótico Gran Premio de Azerbaiyán, tras el cuál Sebastian Vettel (Ferrari), cuarto, amplió dos puntos su ventaja sobre Lewis Hamilton (Mercedes) en la clasificación del Mundial.

Ricciardo logró su primer triunfo del año, por delante de Valtteri Bottas (Mercedes), que en los últimos metros le arrebató la segunda plaza a Lance Stroll (Williams), quien pese a ello debutó en el podio. Por su parte, Carlos Sainz (Toro Rosso) y Fernando Alonso (McLaren) -que puntuó por primera vez este año-, acabaron octavo y noveno, respectivamente.

Lo cierto es que Ricciardo supo pescar en río revuelto. El australiano forjó su victoria tras la bandera roja de una prueba muy loca, en la que salió décimo y avanzó nueve puestos.

En la salida, Kimi Raikkonen (Ferrari) y Bottas se tocaron, lo que aprovechó Sergio Pérez (Force India) para adelantar a Max Verstappen (Red Bull) y colocarse tercero. Entre tanto, Sainz hizo un trompo para evitar colisionar con su compañero de equipo, Daniil Kvyat, que regresaba de la escapatoria.

Pérez resistió las embestidas de Verstappen hasta que el coche del holandés perdió fuelle y bajó al octavo puesto, poco antes de la entrada del safety car en pista para retirar el coche de Kvyat, que abandonó. La misma suerte corrió después el propio Verstappen.

Nada más reanudarse la prueba, Pérez atacó a Vettel, que resistió poco antes de que el Ferrari de Raikkonen perdiese una pieza y entrase por segunda vez el coche de seguridad, de cuyo escasa de velocidad se quejó Hamilton, quien recibió el impacto por detrás de Vettel. El incidente volvió a repetirse, lo que le costó una penalización de diez segundos al alemán.

Con Alonso undécimo se volvió a lanzar la carrera. Felipe Massa (Williams) y los Force India, que se acabaron tocando, atacaban duramente a Vettel, mientras que Pérez, que acabó retirándose, como su compañero de equipo, Esteban Ocon -sexto- cayeron al fondo de la parrilla, con Raikkonen nuevamente damnificado.

Por tercera vez salió el safety car, cuando Alonso era octavo y Sainz, noveno, y antes de que se atendiera la petición del asturiano de sacar bandera roja debido a la cantidad de piezas que había en pista.

Al relanzarse la carrera, Ricciardo sobrepasó a los dos Williams y se colocó tercero, por detrás de Hamilton y Vettel. Pero el británico tuvo que parar en la vuelta 32 para sustituir el reposacabezas de su coche, que estaba suelto. Mientras tanto, Vettel cumplía su sanción.

Así, de golpe, se encontró con el liderato el australiano. Vettel salió de nuevo a la pista por delante de Hamilton, en unos momentos en los que Alonso circulaba quinto, antes de ser rebasado por Bottas y por los dos primeros del Mundial.

En la última vuelta, Bottas arrebató la segunda plaza a Stroll, Ricciardo festejó su inesperado éxito y Vettel y Hamilton prometieron volver a verse las caras.