fútbol · tercera división

A toda la escuadra (1-0)

  • Victoria trabajadísima y de mucha calidad ante un Málaga B sólo discreto Paradón salvador de Casitas.

 A los aficionados rojiblancos les da coraje ver cómo trabaja y sabe sufrir el Almería B para sacar adelante con solidez sus partidos, mientras que los grandes no dan una a derechas. Victorias como las de ayer diferencian a los equipos que van a estar peleando por la zona alta de la tabla, de los que no tienen capacidad para aguantar la presión. El segundo clasificado, todo un filial de un Primera División que lleva años luchando por entrar en la categoría de bronce, apenas existió en el anexo del Mediterráneo. Se jugó a lo que quisieron los pupilos de Fran Fernández, con un Mario Abenza colosal en el centro del campo, un ataque comandado por Chema, una defensa inquebrantable con Javi y Engonga y un meta salvador, Casitas, ante las desesperadas intentonas finales del Málaga B. Mención aparte merece el golazo de Chupi. Falta en la frontal del área y entre los aficionados ya corría la sensación de que iba a besar las mallas. Algunos equipos se pierden en estrategias inservibles o punterazos sin ton ni son. El delantero rojiblanco, con un exquisito toque de calidad, la puso en la misma escuadra , para que el vuelo de Aarón sólo sirviera para deleite de los fotógrafos. Quedaban 75 minutos por delante para arrebatarle la segunda posición al rival y a cualquier se le hacen eternos. Pero no existía esa sensación de que se pudiera escapar el botín, más allá de alguna jugada en la que el Málaga acumulara muchos hombres al ataque y no existieran las marcas. Como los grandes, los rojiblancos aguantaron siempre erguidos y la manopla de Casitas hizo el resto. 

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