Hoy es el día. 22 de junio de 2013. La gloria está muy cerca, la decepción nadie quiere contemplarla. Optimismo, es la mejor forma de afrontar cualquier cosa en la vida y la afición se ha empeñado en hacer creer al equipo que la Primera División es posible y está cerca de conseguirlo. Noventa minutos separan al Almería de la máxima categoría del fútbol español. ¿Qué son noventa minutos después de once meses de trabajo? Parece poco, pero es mucho. Es un partido más, un partido definitivo, pero un partido al fin y al cabo.

Para que la noche sea larga e inolvidable, hay que culminar el trabajo. La cita está encaminada, el resultado de ida es magnífico y con la actitud mostrada en Montilivi difícilmente todos los gerundenses del mundo serían capaces de arrancar de manos almerienses un caramelo que tiene agarrado y bien agarrado. Pero esto es fútbol, el balón es caprichoso y todo se resume en ser mejor en el encuentro más importante y éste se juega esta tarde a las 20:00 en el Estadio de los Juegos Mediterráneos.

Aunque los números pueden cambiar en cualquier momento y a las estadísticas hay que hacerle el menor caso posible, éstas favorecen al Almería. El 0-1 de la ida puede valer si peso en oro por muchos aspectos. Primero porque obliga al Girona a ganar marcando dos goles, algo que ha conseguido esta temporada fuera de casa en cuatro de veintiún partidos ( 1-5 en Guadalajara, 1-2 en Lugo, 0-2 en Jerez de la Frontera y 1-3 en Huelva ante el Recreativo. Segundo porque los de Javi Gracia sólo se han dejado marcar más de un gol este año en el Estadio de los Juegos Mediterráneos en una ocasión [2-3 ante Las Palmas en liga regular]. Y tercero y quizás lo más importante, porque los almerienses saben cómo jugar ante los gerundenses, a los que les han ganado en los tres enfrentamientos que se han producido [0-1 en dos ocasiones en Montilivi y 2-1 en el Mediterráneo].

Pese a esto, no hay nada hecho. El mayor error sería pensar que el Girona va a bajar los brazos o que le va a poder la presión. Está claro que la patata caliente está en manos visitantes, por lo que los almerienses deben de jugar con la ansiedad y la necesidad catalana. La clave va a estar en la seguridad defensiva. El equipo estuvo casi impecable atrás el miércoles y si logra mantener la portería a cero, no sólo iría agotando física y mentalmente a su rival, sino que le obligaría a buscar el todo por el todo, con el consiguiente hueco que esto dejará en su retaguardia. Ahí es donde deben de aparecer hombres como Charles, Aleix o Falque, cuya velocidad puede hacer mucho daño para aumentar el colchón de seguridad local. Es cierto que el Almería llega cansado, pero el Girona está en una situación similar y a ellos les toca exponer y llevar la carga física.

Y como jugador número doce estará la afición. Catorce mil almerienses llenarán el Estadio de los Juegos Mediterráneos para llevar en volandas a la soñada Primera División al equipo de Javi Gracia. En la tarde de ayer se colgó el cartel de No hay billetes en la sede almeriense después de que los últimos asientos de tribuna se vendieran. Al técnico almeriense le gusta recordar el partido ante el Real Madrid Castilla en el Mediterráneo. El Almería se quedó con uno menos por la expulsión de Pellerano y fue capaz de defender un 1-0 con uñas y dientes gracias a que el coliseum rojiblanco rugió como nunca. La situación es parecida aquella calurosa noche de septiembre, pero muchas más serán las gargantas que se desgañiten y fuercen sus cuerdas vocales hasta casi reventar con tal de lograr un resultado que valga para dormir en Primera.

Hora y media, noventa minutos, cinco mil cuatrocientos segundos. Y si es prórroga, más sufrimiento todavía. La historia sólo la escriben los valientes, los héroes, los que se lo dejan todo en el campo de batalla para hacer más grande a todo lo que le rodea. Sí, sí se puede, claro que se puede. Pero hay que concienciarse de que no va a ser fácil y de que el partido de hoy lo juega toda la provincia de Almería.