Cultivos

La incertidumbre marca el inminente inicio de la campaña de sandías y melones almerienses

Cultivo de sandía en invernadero.

Cultivo de sandía en invernadero. / D.A

A un mes escaso de comenzar la campaña de sandía y melón en la provincia de Almería, las previsiones se mantienen bastante optimistas con respecto a las primeras sensaciones existentes a principio de año, cuando comenzó la siembra de estas cosechas de primavera.

A principio de año, ASAJA-Almería realizó una primera valoración, mediante la cuál pronosticó una disminución de aproximadamente el 10% en la superficie destinada a este cultivo con respecto al año anterior.

La zona de mayor producción de la provincia es la del campo de Níjar, donde según Jacobo, un agricultor nijareño, se han destinado las mismas hectáreas para cultivo que el año pasado.“En mi caso suelo plantar lo mismo desde hace años, pues una vez quito el calabacín siembro la sandía en el mismo terreno. En esta zona solemos llevar siempre la misma dinámica, y la sandía es una de las apuestas fuertes de los agricultores de esta parte”, explica.

Este descenso se registra, principalmente, en el Poniente almeriense. “Los buenos precios de la mayoría de las hortalizas en el tramo final de la campaña de otoño, unido al temor existente a los virus propiciados por el cambio de cultivo, pueden hacer que se reduzca la apuesta por la sandía en esta campaña”, según apuntaba Adoración Blanque, secretaria de ASAJA Almería, a principios de año.

Por el contrario, Andrés Góngora, secretario Provincial de COAG Almería, achaca a los cambios climatológicos una reversión de la situación, apuntando a un aumento de superficie de cultivo en lo referente a la sandía tardía. “El motivo es que el invierno ha sido climatológicamente muy suave, lo que ha supuesto un ciclo de cultivo más corto y una rápida maduración. Los cultivos que debían terminarse en mayo, se han terminado en marzo, lo que ha llevado al agricultor a plantar sandía tardía aprovechando que aún era buena época para la siembra”, explica Góngora.

En cuanto a producción, los agricultores empiezan a prever buenos números en cuanto a kilos. Según Jacobo, “parece que la cosa no va a ser muy mala” en lo respectivo a la recogida, pero apunta a una importante incertidumbre que nada tiene que ver con la cantidad y calidad del producto.

La problemática surge cuando hablamos de los precios, que son “una verdadera incógnita” para Jacobo. “El año pasado fue bastante bueno en producción, pero en precio no tanto porque bajaron demasiado pronto.

"Eso hasta que no llegue el momento es imposible saberlo. En 2023 duró la campaña menos de cuatro semanas porque con la bajada de precio dejaron pronto de ser rentables. Por suerte en nuestra zona pudimos retomar un poco la campaña con las sandías más tardías”, destaca.

Hay que tener en cuenta que los altos costes de producción que se vienen arrastrando campaña tras campaña, hace que los agricultores almerienses quieran tratar de ‘asegurar’ el valor de sus producciones. Por tanto, y analizando cómo va la campaña, las hortalizas son un producto más seguro que las frutas de primavera, lo que hace que algunos de ellos no quieran arriesgarse.

Otro factor determinante para los agricultores es la aparición de Virosis, que aumenta notablemente la incertidumbre que tiene el cultivo de la sandía y hace que muchos productores no quieran esperar el final del ciclo productivo para conocer el estado de sus producciones.

En cuanto a la superficie dedicada a la producción de melón, se prevé que se mantenga similar a la de la campaña pasada, apostando mayormente por las variedades clásicas, y dejando a un lado el cultivo de Melón Galia y Cantalou. “El melón piel de sapo se va a mantener en superficie, sobre todo en zonas de Adra y Balanegra, donde son muy tradicionales con este cultivo de carácter temprano.", reseña Andrés Góngora.

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