Portugal

Vivienda, corrupción y salarios, las preocupaciones de los lusos tras 50 años de democracia

Un clavel en el Parlamento portugués.

Un clavel en el Parlamento portugués. / Antonio Cotrim (Efe)

La vivienda, la corrupción, los salarios y la sanidad son las principales preocupaciones de los portugueses 50 años después de la Revolución de los Claveles, que cumplió con sus objetivos de democratizar, descolonizar y desarrollar el país.

Este jueves, 25 de abril de 2024, será el epicentro de las celebraciones del medio siglo de democracia en Portugal, donde se espera que millones de personas salgan a las calles de todo el país para festejar los logros de los capitanes.

"La democracia fue perfectamente instituida, una democracia avanzada", aseguró a Efe el capitán Carlos de Almada Contreiras, uno de los artífices de la caída en 1974 de la dictadura lusa (1926-1974).

Le da la razón un reciente estudio, realizado por el Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad de Lisboa y el Instituto Universitario de Lisboa bajo coordinación del investigador Pedro Magalhães, que refleja que el 57% de los portugueses está satisfecho con la democracia y el 65% ve la Revolución de 1974 como el hito más importante en la historia lusa.

Maria Galhano, de 21 años, saldrá a celebrar esta fecha, porque considera que es una conquista que no se puede dar por sentada y que puede perderse si no se protege.

"Debe ser celebrada por todos los que creen en la democracia, independientemente de ser de izquierda o de derecha, por los que creen en un sistema democrático", defendió en declaraciones a Efe mientras paseaba por la céntrica plaza lisboeta de Marqués de Pombal.

Pero no todo son celebraciones en esta jornada en un contexto de crisis inmobiliaria y bajos salarios en Portugal: "Tengo muchas preocupaciones con temas como la libertad financiera, que no tenemos, y de emancipación, como es conseguir una vivienda a precios razonables, y también continuar estudiando teniendo en cuenta que dependemos casi siempre de nuestros padres", lamentó.

En otro punto de la ciudad, frente al Parlamento luso, Pedro Costa, de 40 años, critica que "desgraciadamente" haya sueldos bajos, lo que, a su criterio, se refleja en la dificultad de acceso a la vivienda y la sanidad.

El salario mínimo en Portugal es de 820 euros al mes, mientras que el medio es de 1.505 brutos mensuales, según datos oficiales de 2023.

Por otra parte, el año pasado el precio mediano de vivienda en Portugal fue de 1.611 euros el metro cuadrado, según el Instituto Nacional de Estadística, mientras que el costo mediano por metro cuadrado para alquilar era de 15,5 euros, según el portal inmobiliario Idealista.

Luís Fernandes, de 61 años, originario de Oeiras (en el área metropolitana de Lisboa), todavía recuerda la Revolución de los Claveles, que ocurrió cuando él era un niño, y se congratula por las conquistas alcanzadas, aunque con matices.

"La democracia está más o menos. Está mejor de lo que estaba, por lo menos", alegó a Efe, aunque ve que falta camino por recorrer en la mejora de los servicios públicos y de la economía, así como en el combate a la corrupción, que "hay mucha".

"Para mí, los partidos políticos son más un intercambio de favores entre unos y otros. El intercambio de favores es más para la familia que dedicarse a su función. Mientras ellos estén bien, los otros son paisaje", criticó Fernandes.

Como él, piensan muchos de los cerca de 1.200 encuestados en el sondeo coordinado por Pedro Magalhães, que fueron cuestionados sobre qué sectores están mejor o peor en comparación con lo que había en dictadura.

La gran mayoría de los temas sometidos a votación, como la situación económica, el nivel de vida, la asistencia médica, la educación, la justicia o la seguridad social, reciben una mejor puntuación que antes de abril de 1974.

Sin embargo, la corrupción está mejor para el 28,9%, frente al 53,1% que la ve peor y el 18% que cree que se mantiene igual.

Pese a la mejoría en la calificación que reciben sectores como la educación, la justicia y el nivel de vida, son múltiples las manifestaciones convocadas en los últimos años para exigir medidas urgentes al Ejecutivo, en los últimos ocho años liderado por los socialistas y ahora por el centroderecha.

Los portugueses entrevistados por Efe reconocieron que, pese a la importancia de festejar esta fecha, los problemas actuales no se solucionan de un día para otro, ni se puede esperar que la respuesta provenga de algún suceso extraordinario de este jueves.

Beatriz Caetano, lisboeta de 29 años, sostuvo que no se podrá avanzar si todo el mundo se centra en el aniversario, porque los "cambios tienen que ocurrir por causa del Gobierno, son completamente independientes del 25 de abril".

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