Una de las últimas pendientes del Oscar, y de las grandes nominadas de la celebración de hace ya unas semanas, Maestro, la segunda película que pone a Bradley Cooper en el asiento del director y protagonista, tras “Ha nacido una estrella” nos trae la biografía del icónico compositor estadounidense Leonard Bernstein y su esposa Felicia Montealegre, está interpretada por la siempre excelente Carey Mulligan.

La película y su estreno estuvo rodeada de controversia, inicialmente Cooper fue muy criticado por el uso de una nariz prostética para interpretar a Bernstein y posteriormente a ello se tituló a la película de estar hecha con el solo propósito de atraer a los académicos y lograr nominaciones a los premios Oscars, las escenas en blanco y negro y entrevistas de su protagonista hablando de esclavizantes horas, y años, para poder perfeccionar el papel de conduccionista dejaron una sensación agridulce en los primeros espectadores del largometraje.

Sin embargo, he de decir que la película se llevó más odio del que era merecido, es un largometraje sólido que cuenta una historia con mucha honestidad, con interpretaciones muy logradas, especialmente las de Mulligan, quien es el corazón de la historia y el compás moral que nos sirve para sufrir y medir nuestras distancias con respecto al resto de personajes del largometraje.

Parece que Cooper como director se encarga de que su equipo brille y, a pesar de además tomar los protagónicos, logra piezas colaborativas con mucha coherencia, no es coincidencia que esta película fuese además producida por los nombres más grandes de la industria cinematográfica hollywoodense: Martin Scorsese y Steven Spielberg, entre otros.

El actor y director logra encontrarle el pulso a Bernstein y hacerle honor a un personaje lleno de contradicciones, abordando su vida personal, pero no por ello yendo a lo banal, desde una mirada general o conflictos superficiales hasta lo más profundo de cómo una identidad se ve tan marcada por una época y por los límites de la misma, la homosexualidad de Bernstein fue desarrollada lejos de temas amarillentos y con mucha empatía sobre un hombre real, un artista complejo y en búsqueda de su verdadera identidad. Los ojos de Carey Mulligan nos dicen hacia donde mirar, pero Cooper es quien marca el paso y nos lleva a la meta de salida.

Es realmente una pena que una pieza tan buena se haya visto opacada por cosas que no fueran el arte en sí, el largometraje está actualmente en Netflix y es un visionado que vale muchísimo la pena.

Tiktok: @snasfilm

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