Análisis

Antonio Navarro

Seminarista

La Resurrección es el Amor que es más fuerte que la muerte

Sagrado Corazón de Jesús.

Sagrado Corazón de Jesús.

Esta Semana Santa ha sido diferente. He tenido la dicha de poder vivirla en Huércal-Overa. Todo ha sido una gracia enorme. Y es que Semana Santa no son sólo procesiones. Tras la Misa de la Cena del Señor, el Jueves Santo, en oración ante el Monumento, me venían a la mente unas letras que nuestro poeta universal, Federico García Lorca, escribía a su familia en 1929, durante su estancia en Nueva York. Y es que yo no sabría explicarme mejor. Dice Lorca: «He asistido a oficios religiosos de diferentes religiones. Y he salido dando vivas al portentoso, bellísimo, sin igual catolicismo español». Y más adelante afirma: «Esta mañana fui a ver una Misa católica dicha por un inglés. Y ahora veo lo prodigioso que es cualquier cura andaluz diciéndola. Hay un instinto innato de la belleza en el pueblo español y una alta idea de la presencia de Dios en el templo. Ahora comprendo el espectáculo fervoroso, único en el mundo, que es una Misa en España. La lentitud, la grandeza, el adorno del altar, la cordialidad en la adoración del Sacramento, el culto a la Virgen, son en España de una absoluta personalidad y de una enorme poesía y belleza». Y es que, en palabras del poeta, «la solemnidad en lo religioso es cordialidad, porque es una prueba viva, prueba para los sentidos, de la inmediata presencia de Dios. Es como decir: Dios está con nosotros, démosle culto y adoración».

Permítame el lector la cita, pero es que expresa de manera muy clara y bella lo que he podido vivir en estos días de olor a incienso y azahar, pues, tengámoslo en cuenta, una liturgia bien celebrada, con unción y sin rigorismos ni excentricidades, nos acerca de modo sublime al Misterio que se celebra. Y en la villa de Huércal-Overa se hace más palpable lo que digo.

En verdad, he quedado absolutamente maravillado con sus distintos pasos procesionales, que son una magnífica representación artística y devocional de la Pasión del Señor. Sus hermandades demuestran cada año a huercalenses y visitantes la grandeza del Amor de Dios, que se entrega por nosotros. Y un Amor que no se queda en el sepulcro. El entonces cardenal Ratzinger, más tarde Benedicto XVI, llegaría a afirmar que «la Resurrección es el Amor que es más fuerte que la muerte», porque la Pasión y Muerte del Señor no tendrían ningún sentido sin el hecho histórico de su Resurrección. Así, finalmente, la gran Semana Santa huercalense culmina con su solemnísima Vigilia Pascual, donde, de nuevo, el templo parroquial vuelve a estar abarrotado para celebrar, en una comunidad realmente viva, la Victoria de Cristo sobre la muerte

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