El documental que retrata los primeros días de la ocupación Rusia en Ucrania está disponible en Filmin para quien quiera acceder a él.

20 días en Mariupol muestra el registro de los periodistas que quedaron atrapados en una de las ciudades estratégicas en el conflicto, desde un punto de vista personal y desde la lucha por la importancia del registro, permitiendo que esta sea la prueba fehaciente de que los hechos estén ocurriendo.

El largometraje ganador al Oscar a mejor película documental puede parecer en primera instancia con típico documental sobre la guerra y las atrocidades que ocurren en la misma, pero logra rápidamente tener una personalidad propia, situándonos en reflexiones acerca del poder de las imágenes en una era en la que el acceso a la información ha sobresaturado al espectador, como muchos años atrás mencionaba Susan Sontag en Ante el dolor de los demás su famoso libro sobre la representación iconográfica del dolor.

En distintos momentos del largometraje se ve cómo los sujetos del conflicto, las personas atrapadas en la ciudad, hablan directamente al realizador pidiéndole que muestre algunas cosas, facilitándole accesos, mirando hacia la cámara al hablar. Algo que cien años atrás hubiera sido impensable, ¿Qué cambió? La conciencia respecto a las cámaras, todos están familiarizados con una puesta en escena y saben lo que tienen que hacer, y lo que quieren mostrar.

Esto lleva a una narrativa nueva respecto al registro de la guerra, y el dolor, la puesta en escena viene de parte de todos y con el propósito de ganar este segundo nivel de batalla, el de las imágenes.

Chernov también se enfrenta a personas que no quieren formar parte de la batalla, y que lo insultan por estar mostrando las consecuencias de la guerra, quizás en estos momentos es donde la narración encuentra sus puntos de mayor autocrítica, ¿Es posible acaso tener un registro que no sea performativo?

El documentalista y el largometraje mantienen que lo más importante es el registro que sirva como prueba irrefutable de las crueldades por las que el pueblo ucraniano estaba y está pasando, como más adelante en el documental se muestra cuando el gobierno ruso trata de negar sus propias acciones. El rol de los periodistas entonces se vuelve de necesidad esencial para la subsistencia de la nación.

De esa manera es que 20 días en Mariupol lograr retratar un devastador momento en la historia y abrir paso a la nueva era de documentales en los que el sujeto es enteramente consciente del poder de la imagen y su uso.

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