Estas vacaciones leo una especie de novela-ensayo sobre Mussolini, titulada M, el hombre del siglo. ¿Por qué M me preguntaba? Bien, la M es por Mussolini, quien lo hubiera dicho. Alcanza hasta que llega al poder. Como el final ya nos lo sabemos, la verdad es que la historia pierde un poco. El autor habla de un tal Bombacci, uno de los fundadores del Partido Comunista Italiano que luego se hizo un poco fascista del todo. Es más, murió con Mussolini gritando viva el socialismo (el pobre debía tener una confusión de conceptos. Pero ya, a esas alturas del fusilamiento, no merecía la pena aclarárselo). Pues este hombre descubre que en los países con un clima como el nuestro, no es posible la revolución, y todo queda siempre engullido en un cómico aplazamiento: "la próxima vez, la próxima vez". Si no se lo creen, miren la de vueltas que está dando los socialistas a la reforma laboral. Justo lo que no hacen otros socialistas de nuestro mismo clima, los portugueses, más dedicados a hacer atractivo su marco laboral -veáse el asunto del teletrabajo en Portugal y le enfoque español, con amenazas iniciales incluidas- Pues bien, el paro no derribará el Gobierno, si era esa la esperanza de la oposición. Es más, tendrá suerte, porque es muy posible que los augurios tremendistas no se cumplan. Sin embargo, el paro sube. ¿Pero cuánto es por la crisis que vaticinan? En nuestra provincia, sabemos que, en verano, debemos descontar el tradicional incremento del desempleo estacional de almacenes y agricultura para saber si hemos iniciado la recuperación.

Lo positivo es que ya han salido del ERTE más de la mitad de las personas que, en nuestra provincia, estaban en uno el pasado mayo. Se llegó entonces a 25.466 trabajadores afectados y ahora quedan 12.350. Pero quedan. Y mientras queden, no habrá nuevas contrataciones en las empresas. Por dos razones. Una que no lo iban a hacer dada la incertidumbre. Mejor ser prudentes. Y, dos, que la propia norma que amplía los ERTES lo prohíbe. Pero, ojo, para cubrir puestos iguales a los que desempeñan trabajadores que siguen en el ERTE. ¡Que nos conocemos! No sea una excusa para cargar con más trabajo a los que ya tiene trabajando. Otra señal de que la recuperación se ha iniciado es que la caída en el número de afiliados a al Seguridad Social ha sido como un 10% menor a la de junio de otros años. Claro que no es decir mucho. Actualmente hay casi 25.000 afiliados menos que en febrero y, como comparación, en junio del año pasado había 6.000 menos que en febrero de 2019. Es decir, nos recuperamos volviendo muchos de los de los ERTES, pero dejando una bolsa de desempleados sin posibilidad de encontrar empleo.

No habrá revolución, que es verano. Pero tampoco hay que seguir dejando para otro momento ese acuerdo que cambie un sistema, el nuestro, donde al 14% de paro se le llama pleno empleo.

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