LA Subdelegación de Defensa en Almería está ubicada en el patio de los naranjos del cuartel de La Misericordia, conocido como cuartel de los "soldaos" o antiguo gobierno militar. Es evidente que el nombre de patio de los naranjos es consecuencia de la existencia en el mismo de este tipo de árboles, aunque podría llamarse de los limoneros puesto que también los hay; pero esto no ha sido siempre así, como demuestra alguna fotografía de los años veinte del siglo pasado en la que el patio aparece diáfano con un pozo en el centro; es de suponer que como tal patio de los naranjos (o limoneros) lo es desde mediados del siglo pasado.

En este patio de los naranjos se han vivido hechos cuando menos, curiosos; uno de ellos es el protagonizado por un grupo de jóvenes almerienses que en la década de los sesenta del siglo pasado, autorizados por el entonces Ministerio del Ejército, utilizaron sus instalaciones para construir un cohete. Todo empezó cuando en enero de 1965 la Delegación Nacional de Juventudes, en colaboración con el diario "Pueblo", a fin de estimular la intrepidez de la juventud y su inclinación a las empresas difíciles, convocó el premio Dulcinea para el mejor proyecto de aventura juvenil, dotado con 100.000 pesetas. El concurso iba dirigido a toda la juventud española comprendida entre los quince y los veinticinco años, entendiendo por aventura cualquier empresa voluntaria que entrañase dificultad en su realización. Las aventuras podrían ser realizadas en equipo o individualmente y se seleccionarían en atención tanto a la grandeza, dificultad y riesgo de la empresa como a su espiritualidad, proyección ejemplar y valor humano.

Se presentaron 273 proyectos de los cuales un jurado realizó una preselección de 19 de ellos, que fueron publicados en el diario PUEBLO para que el público votara el proyecto que considerase más interesante; este jurado, previo escrutinio de los votos orientadores emitidos por los lectores de PUEBLO, acordó por unanimidad conceder el premio al proyecto nº 8, firmado por el almeriense José Luis Torres Cuadra, en representación como presidente del Comité Juvenil de Investigación Espacial de Almería.

Este Comité Juvenil de Investigación Espacial estaba integrado por una treintena de chicos de Almería, de los que el cerebro del grupo era José Luis Torres Cuadra; la meta de este grupo de jóvenes almerienses era conseguir un interés máximo en los muchachos españoles por estas investigaciones para no solo ponerse a la altura de otros jóvenes extranjeros, sino superarlos.

Con anterioridad este grupo de jóvenes almerienses ya había experimentado con el lanzamiento del cohete llamado SADP-1 (Sociedad Almeriense De Proyectiles-1) que había alcanzado unos cincuenta metros de altura; después vendrían los NIKE de los que alguno alcanzaría el kilometro de altura.

El proyecto en sí consistía en el lanzamiento de un cohete (el "España I") con las siguientes características técnicas: longitud total: 550 ctms, de la cápsula: 60 ctms, diámetro máximo: 80 ctms, envergadura: 155 ctms, con un peso total de 1000 kilos y velocidad máxima al final de la combustión de 2000 mts/sg. Este proyecto iba acompañado de una serie muy detallada de planos, croquis y fotografías, y con el objetivo de alcanzar 50 Kms de techo máximo. La zona de lanzamiento iba a ser el Cabo de Gata, el "Cabo Cañaveral" español.

El desarrollo de este cohete tuvo amplio eco en los medios de comunicación nacionales, y periodistas como Tico Medina o Raúl del Pozo escribieron crónicas sobre ello.

En el espacio que hoy ocupa la Subdelegación de Defensa, ayer un grupo de almerienses trabajaron para hacer realidad una ilusión. Poco importa el resultado del proyecto, pero me quedo con lo escrito por algún cronista de la época: "Es grande poder encontrar en esta Almería de los sentimientos una Almería de los pensamientos. Un viento científico entre un laberinto de cantes…".

Resultaba heterodoxo encontrar en una ciudad luminosa y bella como Almería un grupo de soñadores que no le diera por la poesía. El líder del grupo, José Luis Torres Cuadra, fue definido en esa época como un genio hispano del espacio, el mini Von Braun de España. Sobre él, el periodista Raúl del Pozo escribiría: "… pase lo que pase en Cabo de Gata, esto es ya indudable: hay un niño en Almería que ha vuelto niños a muchos mayores, o hay todo un hombre de diecisiete años en Almería".