Gran problema para muchos pequeños

Al margen de los grandes problemas me intereso sobre todo por el tema de los bajos precios y de la alienación

Me siento profundamente a disgusto ante las situaciones conflictivas, sobre todo cuando degeneran en enfrentamientos físicos y con daños a terceros. Reconozco que estoy muy lejos de ser un revolucionario, o algo por el estilo. No obstante, reconozco también que lo que estamos viviendo con las manifestaciones y cortes de carretera tienen suficiente fundamento. Desde hace mucho tiempo vengo escribiendo sobre la situación que se vive en el campo, sobre todo en el ámbito de los pequeños agricultores y entre los habitantes de las pequeñas poblaciones condenadas, velis nolis, a la despoblación. Es patente la falta de servicios que sufrimos los que vivimos en el extrarradio de lo que puede considerarse ámbito del bienestar y de la atención por parte de las autoridades. Si a esto se añade el bajo nivel de ingresos derivados de los bajos precios, vemos que las cosas se agravan. Pero eso no es todo: vengo denunciando lo que se puede considerar auténtica alienación económica por cuanto los productores están muy lejos de poder decidir qué hacer y cómo vender y a cuánto lo que producen. Es el famoso “a cómo están las almendras” del mes de septiembre. El análisis económico que hacía Marx sobre las plusvalías es perfectamente aplicable a estos casos: los intermediarios y el famoso “mercado” hacen que del valor de venta del producto se arrebate una parte considerable a los que auténticamente lo producen. Todas esas cosas han podido hacer que la situación hayan estallado y como si se hubiera abierto la espita se ha producido esta explosión. Pero una cosa que está sucediendo es que los problemas no se limitan a los que voy enumerando. Puede haber y hay muchos más. Soy partidario de la eliminación, si puede ser total mejor, de los pesticidas. La prohibición de su uso parece que es otro de los motivos de los enfrentamientos. Hay agricultores que se consideran gravemente perjudicados si no se permiten. La Unión Europea ha dado marcha atrás en la implementación del programa de la economía verde. ¿Arreglará esta cesión el problema? No obstante yo me intereso sobre todo por el tema de los bajos precios y de la alienación. A la hora de preguntar por quién será capaz de hacer frente a la situación me vienen a la mente aquellos últimos versos del “Niño yuntero” de Miguel Hernández: “¿Quién salvará a ese chiquillo, menor que un grano de avena? ¿De dónde saldrá el martillo verdugo de esta cadena?” No será el señorito Iván, desde luego. Pues eso.

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