La tapia con sifón

Gurullos en la cumbre de la UE

Me ha molestado que en las informaciones sobre las comidas en la Cumbre Europea no se haya ni nombrado al cocinero almeriense

Díganme cateto por hablar de las cosas de mi pueblo, pero es que me ha molestado que en las muchas informaciones publicadas sobre las comidas en la Cumbre Europea, celebrada en Granada, no se haya ni nombrado al cocinero almeriense que más comidas ha servido en los dos días escasos de la Cumbre: más de seis mil, entre desayunos, comidas y cenas. Nos hemos enterado bien de los nombres de los dos cocineros granadinos que sirvieron sendos menús y del cordobés que ofició en la noche de la Alhambra. Bueno, pues Alejandro Sánchez, como chef ejecutivo del Grupo Abades, ha diseñado y dirigido la elaboración y el servicio de esas seis mil comidas. Y entre ellas destaca una de las comidas para los altos mandatarios y sus asesores (un total de 105), con un menú en el que estaban los gurullos almerienses. El resto del menú, resumido, fue: remojón alpujarreño; lasaña de sardina ahumada con ajoblanco; pan con tomate con esturión de Riofrío; milhojas de calabacín, foie gras y queso de cabra; gamba blanca con espinacas “esparragás”; “gurullos de mi tierra” con pulpo, cordero segureño; y tocino de cielo de maracuyá, crema de menta y manzana al amontillado. Como se ve, un menú muy de la tierra, con numerosos guiños a la cocina almeriense. Los vinos también fueron andaluces: blanco Mountain wine D.O. Málaga y tinto Finca Moncloa V.T. Cádiz.

El guiso con pulpo lo hizo con gurullos artesanos de Almería, de Uleila del Campo para ser exactos, de los que elabora Casa Felipa, de cual hablé aquí hace muy poco, el 24 de abril. Fueron cinco kilos de excelente pasta que le enviamos desde Almería; me los consiguió como siempre Pepi, la dueña de La Tiendecilla (calle de las Tiendas), donde los pueden ustedes adquirir en bolsas al vacío, de 250 gramos. Dan para unas cinco o seis raciones, según la cantidad de carne y garbanzos que le añadamos al guiso. En el caso de la comida de los barandas de Europa, tocaban a 47 g, pero imagino que no les pondría tanto en el plato, ya que el menú era larguillo. Bien por Alejandro. Como dije cuando cerró su restaurante de Roquetas, los almerienses nos lo perdemos y los granadinos salen ganando. Puede que no muy tarde consiga trasplantar a Granada la estrella Michelín que tuvo tantos años en Roquetas. Seguiremos atentos a su trayectoria.

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