Ha sido terrible ver cómo los narcotraficantes de Barbate matan a esos guardias civiles. Quien grababa la escena comentaba que la pequeña lancha en que estos los perseguían era una mierda en comparación con las grandes planeadoras de los delincuentes y que solo podían usar los medios, ínfimos, que tenían para luchar contra los poderosos clanes que manejan la droga en la zona. Toda una lección sobre la escasez de medios con que cuenta la benemérita para tan importante y peligrosa misión como es tratar de reducir la extensión de ese veneno en la sociedad. Verdaderamente esos guardias han sido unos héroes y han muerto en acto de servicio. El Estado y la sociedad están en deuda con ellos y ahora deben volcarse en el reconocimiento y la ayuda a sus familias.

Uno, que es español y por tanto proclive a las soluciones drásticas y radicales para problemas muy complejos, ha pensado, arrebatado el ánimo por las escenas de ese asesinato infame vistas en televisión, que es posible erradicar el narcotráfico de nuestras costas como han hecho en El Salvador con las maras o como está haciendo Israel con Hamás en Gaza. Es indudable que, si toda la potencia y la capacidad de represión del Estado se volcara en erradicar a las bandas de narcotraficantes, estas cosas no ocurrirían. Pero a continuación también se puede pensar que, si no se pudo hacer tal cosa en los años 70, cuando la llamada Crisis del Petróleo acabó con el empleo y empujó a dos generaciones a sucumbir bajo la tiranía implacable de la droga, debe de ser muy difícil conseguirlo ahora que los narcos disponen de muchos más medios económicos y la cobertura social en la zona en cuestión sigue siendo muy fuerte. Quién va a querer ser camarero pudiendo ganar muchísimo más en el entramado de las bandas mafiosas. Recuerdo un reportaje en televisión en que la periodista le preguntaba a un joven que conducía un Toyota Celica que cómo era que disponía de un coche de tan alta gama: “De la droga”, le respondía el joven con total tranquilidad. Era en Almería, en los años 90. La lucha contra la droga, como la Sanidad, la Justicia o la Educación, requiere grandes inversiones económicas. Son servicios que el Estado rinde a la sociedad para su desarrollo y protección. Por eso resulta tan insoportable lo ocurrido con esos guardias civiles en Barbate a causa de la falta de medios para realizar su importante trabajo. Son unos héroes.