LA retracción en el sector inmobiliario propiciada por la reducción del crédito a posibles adquirentes y promotores y el descenso de demanda de primera vivienda y vacacional por la espiral alcista de los precios, entre otros factores, ha reavivado entre los distintos agentes implicados el redescubrimiento y recuperación del perdido protagonismo económico y urbanístico del casco histórico y antiguo de los municipios almerienses como revulsivo ante la desaceleración del ladrillo, al diagnosticarse un progresivo envejecimiento y degradación del parque de viviendas y del entorno y de su falta de dotaciones y servicios.

La clave para evitar la desertización del centro fuera de horario laboral estaría en compatibilizar el uso residencial con los usos comerciales, terciarios y de hostelería, mejorando accesos con aparcamientos perimetrales, dotándolo de cuidadas zonas verdes y equipamientos, espacios libres para el encuentro y ornamentándolo con mobiliario urbano y una iluminación que resalte el valor arquitectónico de fachadas emblemáticas, incrementando la seguridad y la limpieza de vías y graffittis, logrando así un repoblamiento con gente joven muy preocupada con su preservación y recuperación.

Irrumpe así en el mercado la rehabilitación de inmuebles deteriorados y la mejora o reposición de vivienda antigua o infravivienda como atractivo yacicimiento de oportunidades ante el frenazo del sector, y que, además, contribuye a hacer ciudad, a mejora la percepción del entorno y a consolidar la reforma interior de barrios históricos con graves carencias.

Revierte en la comunidad, no sólo lo que se invierte con financiación privada, sino también vía subvención pública.

Se trataría no sólo de recuperar para el disfrute colectivo edificios emblemáticos de arquitectura tradicional almeriense como sedes corporativas de Organismos o Entidades privadas, sino también ejecutar intervenciones totales o parciales en caserones de singular estética, reinventando nuevas soluciones habitacionales como apartamentos, estudios o los llamados lofts que favorezcan la rehabilitación a la vez que evitan la pérdida irremediable de nuestra herencia patrimonial, y que asimismo satisfagan una demanda creciente, producto de nuevas formas de vida contemporánea, de familias monoparentales, estudiantes, ejecutivos, artistas o singles que no necesitan grandes superficies para vivir.

Manteniendo los relevantes elementos arquitectónicos preexistentes y las espléndidas fachadas catalogadas, se vacía el contenido, de modo que los nuevos apartamentos interiores se construyen de nueva planta, diáfanos y jugando con varias alturas, fusionando en definitiva, la tradición con las últimas y exigentes prestaciones y la técnica.

En esta interesantísima línea por desarrollar, el primer Consejo de Ministros que se ha celebrado en la presente legislatura ha aprobado medidas que incentivan la rehabilitación y reducen la carga fiscal.

La legislación dejaba poco margen para beneficiarse de deducciones por los préstamos hipotecarios destinados a la reforma de viviendas.

Hasta ahora, las obras realizadas en un inmueble eran conceptuadas como rehabilitación cuando el coste superaba el 25 % del precio de su precio de compra, incluido el precio del suelo.

A partir del plan de choque de reactivación del sector inmobiliario, ese porcentaje no tendrá en consideración el precio del suelo, de forma que los promotores puedan recuperar el IVA soportado en la obra con menor inversión. Y para los particulares, igual.

No se computará el precio del suelo al efecto de calcular el coste de las obras para mejorar sus casas.

Y si es superior el 25% del precio de adquisición de la vivienda, el contribuyente podrá deducir en el IRPF el 15% de la cantidad invertida (es decir, idéntico porcentaje de deducción para compra de vivienda habitual en el IRPF), con un techo de 9.015 Euros.

Es de esperar que esta mejora en el tratamiento fiscal de la rehabilitación de viviendas reanime un sector al que le viene muy bien una inyección de optimismo y confianza.