Método Lipman

El método Lipman es una forma de dar vida a la filosofía porque supone un ejercicio práctico de debate

Este pasado jueves se inició el Ciclo de pensamiento Filosofía en la Calle, que repite por segundo año en La Resistencia. Con su deseo de ofrecer recursos filosóficos gratuitos a la ciudadanía pretende ser una referencia para todos los que tienen inquietudes en el terreno de la filosofía y que buscan un lado más profundo de nuestro momento presente. El objetivo de este ciclo no solo es acercar la filosofía a la calle sino hacerla práctica vinculando hechos reales con ideas filosóficas y además practicar dichas ideas con ejemplos cotidianos. El método Lipman es un ejemplo de ello pues supuso un método de debate en base a una serie de reglas. Además dicho método es importante en el terreno de la filosofía para niños, un campo que trabaja y estudia Juanmo Giménez y que representa una línea de investigación importante para el futuro. Esta ha sido la primera sesión de un itinerario que llegará hasta junio del 2024 y que pasará por otras temáticas como: La Parresía, Camús, Nietzshe, Filosofía Africana, Anders, Medio Ambiente, y teología en la narrativa hispanoameriana. Esta primera sesión sobre el Método Lipman ha sido del todo atractiva para los asistentes. El mensaje que quedó claro fue que dicho método trata de enseñar a razonar y a pensar de una forma más correcta. Es un material idóneo para producir en el niño (en esta sesión a los adultos) el pensamiento racional y crítico que lleve a encontrar buenas razones, a reflexionar concretamente en temas de su experiencia, en temas vitales para él. El tema elegido para desarrollar este método fue el concepto de educación que generó un debate muy interesante y longevo. Matthew Lipman fue un filósofo, lógico e investigador sobre pedagogía estadounidense. En su método cada persona está obligada a intervenir desarrollando su idea a partir de la construcción previa del argumento de otro miembro. Mediante esta cooperación todo el grupo se va a unir en un esfuerzo común en el que todos sus miembros se van a ver beneficiados y a su vez trasformados por esa discusión filosófica. Este tipo de actividades practicas suponen además darle vida y emoción a la filosofía y salirse del rigor académico. EL interés es generar un pensamiento crítico y autónomo pero también atractivo y divertido. Con el método Lipman se consiguieron todos estos objetivos. La próxima sesión será sobre Parresía de la mano de Antonio Guerrero.

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