El callejón del gato

EL PP Y LOS OTROS

El triunfo de Pablo Iglesias garantiza la permanencia del muro que separa a los podemitas del PSOE

Con el bipartidismo era otra cosa, quero decir que la alternancia en el poder era posible y probablemente una mayoría de izquierdas bajo las mismas siglas habría apartado del gobierno a un partido donde la corrupción es poco menos que su seña de identidad. Pero tal y como está el reparto de papeles desde que el pluripartidismo se instaló en el sistema, Mariano Rajoy puede dormir tranquilo. A la derecha el Partido Popular y a la izquierda los otros. En medio asoma la cabeza Ciudadanos que, de momento, no pone en peligro la hegemonía del PP según vaticinan las últimas encuestas. Si analizamos la situación desde lo que tradicionalmente se considera la derecha y la izquierda, que en definitiva son las fuerzas sociales a combatir por el poder, y que darían lugar a la alternancia en el gobierno, el panorama político en España es el siguiente: de un lado el Partido Popular donde conviven desde nostálgicos del franquismo hasta demócratas liberales cuya finalidad es evitar que la socialdemocracia se establezca, y las diferencias de matiz que separan a las distintas sensibilidades se superan a la hora de ponerse de acuerdo para elegir gobierno. A otro lado, una izquierda fragmentada con posiciones antagónicas que ni siquiera son capaces de compartir el objetivo de hacer limpieza desplazando a un partido que acumula casos de corrupción como para que los tribunales de justicia del país no se aburran. La irrupción de podemos con aquel propósito de asaltar los cielos, que daban por seguro, erigiéndose en los salvadores de la patria frente a lo que consideraban la casta, no ha pasado de ser un mensaje aireado en las tertulias televisivas a las que son adictos fervorosos. Las consecuencias reales han sido restar votos al PSOE que, en definitiva, es su principal fin a conseguir, y borrar del mapa a la formación de IU que se la ha engullido ofreciéndole unas migajas. De manera que la implantación del pluripartidismo que muchos ciudadanos de buena fe recibieron con júbilo, ha quedado en eso. Mientras que la derecha permanece unida y representada por el PP, en la izquierda el PSOE y Podemos se declaran rivales en combate permanente, e IU desfallece. Tras los congresos celebrados el pasado fin de semana la situación se consolida. Dudo que a Mariano Rajoy le haya producido tanto gozo ver su liderazgo asegurado, como el triunfo de Pablo Iglesias que garantiza la permanencia del muro que separa a los podemitas del partido socialista.

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