Pendejos varios

Es muy grave, se oye decir, consumir coca y regodearse en prostíbulos. Y lo otro, se diluye, se pierde de vista

"Si hemos de hacer pendejadas, hagámoslas a lo grande", le dijo Fermina Daza a Florentino Ariza, según relata García Márquez en El Amor en los Tiempos del Cólera. Estaba Florentino iniciando tímidos escarceos amorosos cuando su amada dijo aquello. Por lo visto hay pendejadas pequeñas y grandes pendejadas. Pasaba igual que en los casos de corrupción entre los políticos. En acertadas palabras de Núñez Feijóo, hay algunas corruptelas que son CUTRES. Es un tipo de corruptos que nos hacen recordar, por ejemplo, a La Escopeta Nacional con los tejemanejes de Saza para conseguir ciertas prebendas, acompañado, por cierto, de una llamativa "compañera". O también se acuerda uno de Los que Tocan el Piano protagonizada por unos choricillos de poca monta. Como esas chorizadas cinematográficas o noveleras estamos viviendo algunas. Así, las del famoso "mediador", involucrado en actividades con un diputado, un alto cargo del gobierno de Canarias, y hasta un general de la Guardia Civil. Lo que nos cuentan, prostíbulos y cocaína incluidos, es algo claramente repulsivo. Pero en el fondo no dejan de ser pendejadas de "segunda división". Y lo que a continuación puedo decir es que la conducta de ciertos "chicos" de Feijóo sigue el consejo de Fermina: las pendejadas se hacen a lo grande. No parecen conformarse con cuatro mordidas y fiestorros con sexo y coca. Entre sus procedimientos está manejar, en lo posible, a los tribunales, incluida la Audiencia Nacional, utilizar a los cuerpos de seguridad para hundir a los rivales políticos, contratar empresas para financiar el partido, destruir con todo el descaro las pruebas que los puedan incriminar….tantos y tantos casos que no me molesto en citar. Esas cosas no son corruptelas: son corrupciones con todas las letras. Lo más curioso de todo esto es que, de cara al público, ganan por goleada las repercusiones de aquellas "pendejaditas" frente a las otras. Es muy grave, se oye decir una y otra vez, consumir coca y regodearse en prostíbulos. Y lo otro, se diluye, se pierde de vista. No forma parte de las conversaciones de los "cuñados" o de la barra de bar. Cómo se consigue, es algo que despierta mi admiración. Parecen tener un poder taumatúrgico que engrandece los granos de arena y los convierte en montañas, y oculta las montañas tras un velo que oculta la visión. Es así. Alguna responsabilidad tendremos los destinatarios de los mensajes.

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