La tapia con sifón

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Hasta hace pocos años nos extrañábamos de que los extranjeros compraran las frutas por unidades

Hasta hace pocos años, nos extrañábamos de que los extranjeros compraran las frutas por unidades, porque aquí estábamos acostumbrados a pedirlas por kilos. Ahora que los precios de la fruta y la verdura se han disparado empezamos a comprenderlos y a comprar por unidades también nosotros. El precio, sin embargo, siempre ha sido por peso; aunque compres dos naranjas, te las pesan y te las cobran al mismo precio por kilo que si te llevaras un capazo. Por eso me ha sorprendido lo que me pasó el otro día en una frutería. Pedí una coliflor pequeña, pero todas las que tenían eran de dos kilos para arriba; la explicación que me dieron es que a ellos se las venden por unidades, da igual el peso que tengan, y por eso las traen todas grandes. He preguntado en varias verdulerías y me han confirmado que eso lo hacen algunas cooperativas, no todas. Pues nada, coliflor grande, aunque no te haga falta; la hierves, la congelas y ahorras dinero y tiempo. La verdad es que en muchos casos los productos pequeños son más caros que los grandes. De hecho, las verduras mini, que están relativamente de moda, son mucho más caras, pero ese es un caso diferente, pues su cultivo y su rendimiento hacen que se encarezca el producto mini. Y están muy ricas, la verdad. Los mini pepinillos están deliciosos incluso sin aliñar, y no se repiten. Los de la almeriense Única Fresh salen a 10 euros/kg, o sea, 2,50 euros la cajita de 250 g, en la que entran siete u ocho. También están finísimas las mini coliflores. Vienen en bandejillas con dos unidades (de colores distintos, por cierto) o una coliflor y un romanesco. En total, unos 450 g, aunque en el envase que compré el sábado decía 200 g. También son sabrosas las zanahorias mini, ideales para picar. Los tomates cherry, son muy gustosos y dulces. Dicen que, en Alemania, los niños se los comen por la calle en cartuchos, como si fueran chuches. Ojalá se extienda la costumbre también aquí, que encima de que son nuestros, nos salen más baratos que a los germanos. Y para intentar que los niños (y otros refractarios a las verduras) coman coliflor, una receta clásica, que con las mini se hace en muy poco tiempo: se cuecen enteras en el microondas, 5-6 minutos al dente. Antes de que se enfríen del todo se les meten trocitos de jamón en todos los huecos, se cubren con un poco de bechamel y queso rallado, y se gratinan. Si no cuela, a ver si con el romanesco hay suerte.

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