Regular la actividad callejera

No me cabe en la cabeza que haya quien esté en contra de esta regulación, así, de entrada, de una normativa que ni está aprobada

Andan algunos revolucionados por la iniciativa de la Concejalía de Cultura de Almería de regular las actividades culturales y de ocio en las calles. Y la primera duda que me asaltó al conocerlo fue: Ah, ¿es que eso no estaban reguladas? No puedo entender que en una ciudad en la que, como prácticamente todas, está regulada y tasada (es decir, establecido cuánto cuesta) cualquier ocupación de la vía pública, el hecho de ocupar la calle para cantar, para bailar, para hacer una obra de teatro o unos malabares, no exista una normativa regulatoria. A bote pronto, se me ocurren tres incontrovertibles ideas por las que es indispensable regularlo. Primero, porque la calle no es de nadie en concreto sino del colectivo. Su uso ha de ordenarse porque en ella convive mucha gente y han de existir normas para que tal convivencia sea lo más armónica posible.

Luego está el tema de los derechos. Uno, que es básicamente un liberal, podría entender que todo el mundo tiene derecho a cantar, a bailar, a colocar un altavoz o un pequeño o gran escenario donde pille. Pero, ¿tiene derecho a alguien a pasar por ese lugar que ocupan esos utensilios? ¿Y a no escuchar música a determinados volúmenes, a determinadas horas? Me gustaría saber qué piensan los detractores de la regulación sobre que un músico se ponga a tocar bajo su ventana a las tres de la mañana. Y si no les parece bien, ¿de qué manera piensan evitarlo si no es con una normativa? Y luego está el agravio comparativo: ¿por qué pequeños o grandes empresarios tienen que pagar cada vez que ocupan la acera con mesas, veladores o terrazas; o si organizan un pequeño concierto en ellas, y alguien que lo haga espontáneamente no? Por cierto, que los bares y pubs no es que tengan que pagar, es que ni tan siquiera se les permite.

Ah, ¿y los que están hablando, saben con seguridad que se va a aplicar una tasa? Yo, que suelo estar más o menos informado, no lo tengo tan claro. A ver si al final se tienen que marchar de la escena del crimen silbando... No me cabe en la cabeza que haya quien esté en contra de esta regulación, así, de entrada, de una normativa que ni siquiera está aún aprobada. Lo que sí hay es la habitual especulación social que va y viene sin tener ni idea de cómo será la norma. La única explicación que me cabe es que, para ellos, todo es estupendo mientras no les incomode a ellos. Ahora, si el músico estuviera tocando bajo de sus ventanas, apuesto a que cambiarían de opinión.

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