Con la lámpara de la fe encendida, Dalias y toda la provincia de Almería, y fuera de ella, se aprestan a celebrar con fervor y devoción la festividad del Santísimo Cristo de la Luz, que como un eco de fe se prolonga en las almas de los creyentes que acuden en peregrinación para celebrar en fraternidad la misma fe y la misma vida en Cristo.

Estaremos junto al Santísimo Cristo de la Luz porque hemos sido convocados en Jesús resucitado, vivo y presente, que hoy como ayer, y como mañana, sigue hablando al corazón de las mujeres y hombres, de las familias y de todos los pueblos que vienen con humildad a venerar tan excelsa imagen sagrada salida de la gubia de Antonio Castillo Lastrucci con la intervención posterior, tras el infortunado incendio de la iglesia, en su talla y policromía por los hermanos Cruz Solís.

Ríos de historia cristiana fecunda en la existencia de este noble municipio de Dalías, que acogió generoso el mensaje de la fe y lo conserva como su más preciada herencia remansada en el alma del diario vivir de tantos hombres como mujeres de esta tierra, convirtiéndose cada año con la peregrinación en expresión clamorosa de la fe que alienta nuestra esperanza y nos impulsa a vivir la caridad, el amor al prójimo, el amor a Dios.

Nuestros padres, fervientes cristianos, sintieron el valor de la Cruz e hicieron de ella el centro de su vivir. En ella pusieron su esperanza y ella fue luz y aliento en su caminar por la vida. Hoy, nosotros, herederos de esta tradición de la religiosidad popular en comunión eclesial, venimos un año más a la fuente de la Verdad eterna, venimos a Jesús, en quien tenemos nuestra salvación, vida y resurrección.

El Santo Cristo de la Luz, expresión máxima de la piedad popular cristífera sabe que quienes levanten la cabeza, quienes le miren con humildad levantado en la cruz del calvario y en el cielo serán acogidos entre sus brazos, arrullados por la brisa fresca de las sierras y montes de este bello rincón alpujarreño que cortejan en este santuario y templo parroquial de Santa María de Ambrox de Dalías, la iconografía del Santísimo Cristo de la Luz, iluminando las tinieblas de la ignorancia y de los errores diversos que hoy envuelven a nuestro mundo.

No nos dejemos que nos arrebaten el gran tesoro de la fe. Los devotos del Cristo de la Luz saben que lo que sostiene nuestro caminar por la vida es la fe en Cristo Salvador. Sea Él siempre el centro de nuestra vida y el horizonte de nuestro futuro. Paz y Bien.