Esplendor en la hierba

Juanjo / García

Similitudes y diferencias de Emery y Arconada

SIN ánimo de establecer comparaciones, que ya se sabe, son odiosas, pero sí con la intención de plantear qué semejanzas y qué diferencias podremos apreciar entre el equipo de la pasada temporada y el de la próxima según el perfil de cada entrenador.

Las principales similitudes las vamos a encontrar en la personalidad de ambos entrenadores. Aparte de la coincidencia de que ambos sean guipuzcoanos, lo cierto es que tanto Unai Emery como Gonzalo Arconada vienen precedidos de sus magníficas campañas en segunda división, de la enorme proyección personal y de la inusitada ambición de ambos por triunfar en el mundo del fútbol.

Hasta aquí todo son analogías, incluso en el talante y en el carácter. Más extrovertido Unai, más intimista Gonzalo, pero ambos basan su éxito en la humildad, el compromiso y la unidad del vestuario. Ambos son jóvenes, pero desde luego nadie puede equiparar el registro de Emery, debutante en primera con sólo 35 años. Arconada lo hará con 46 años, si bien, su aportación en primera aún esta por descubrir, a pesar de su experiencia de ocho partidos con la Real Sociedad hace dos campañas.

Desde luego, en lo que nada se parecen, y por eso he contemplado atónito como había quienes los calificaban de clon, es en la manera que tienen de concebir el fútbol.

A Emery y al fútbol que despliegan sus equipos ya lo conocemos. A Gonzalo Arconada también lo podemos descubrir a poco que analicemos a su actual equipo. El mérito de este modesto Numancia, que ha ascendido con varias jornadas de antelación, es innegable. Pero la forma de conseguirlo ha sido bien distinto, por ejemplo, de cómo lo hizo la Unión Deportiva Almería la pasada temporada.

El equipo de Arconada es uno de los contados equipos de toda España que ha ganado muchos más puntos fuera de su propio terreno de juego que en su propio feudo. Ello delata lo que varios técnicos me han confirmado sobre su forma de juego, basado en un sistema 4-4-2 y variable a un 4-2-3-1.

El Numancia se ha mostrado efectivo jugando a la contra y se ha sentido incómodo llevando la iniciativa. Su fuerte ha sido la gran seriedad defensiva, no en vano ha sido el menos encajador de tantos en la segunda división española.

Al Almería de Emery, ya lo han visto, no se lo voy a redescubrir. Aunque no haya podido a veces, siempre ha querido la iniciativa. Hasta en el Bernabéu. Su sistema, basado inicialmente en el 4-3-3, ha evolucionado a otros dibujos como el 4-2-3-1 o incluso al 4-1-4-1 en función de los jugadores. El gran atractivo de su fútbol ha sido que siempre ha buscado el área contraria más allá del resultado efectivo. En definitiva, casi como la noche y el día.

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