Lo aprendí de...

carmen crespo

Lo aprendí de...

Lel campo se encuentra inmerso ya en el inicio de la que será una nueva campaña agrícola que, como otras tantas, viene acompañada de retos en materia de concentración, internacionalización y esa economía circular que se impone desde Europa de cara a la sostenibilidad de un sector que, año a año, se consolida por su nivel de tecnificación e innovación.

Pero el esfuerzo de los agricultores almerienses debe de venir acompañado de una apuesta firme de las administraciones por una agricultura que supone ya el 20% del PIB andaluz y que espera del gobierno de Susana Díaz un incremento en las ayudas a la modernización de explotaciones agrarias, así como planes de industrialización e infraestructuras que deben de venir acompañados de diferentes soluciones a esa amenaza que supone el déficit hídrico en provincias como Almería. Y todo ello, sin olvidarse de la supresión de ese impuesto de Sucesiones y Donaciones que está poniendo trabas a jóvenes que no pueden hacer frente a éste para seguir con la actividad de las tierras que sus padres les dejaron.

No es la primera vez que hablo de este asunto pero es vital insistir por ser una de las máximas preocupaciones del sector que este verano ha vuelto a salir a la calle para exigir ayudas al relevo generacional para un campo que envejece a un nivel vertiginoso sin que la Junta reaccione a ello. ¿Acaso no ven el riesgo que supone para la economía andaluza? Ni el riesgo que supone que 1 de cada 3 agricultores haya superado la edad de jubilación, que sólo 1 de cada 20 tenga menos de 35 años o que el 90% de los jóvenes se hayan quedado fuera de esas escasas ayudas por culpa de injustos criterios

Éste, entre otros, son los motivos que ha llevado a los agricultores a manifestarse en Granada o a planificar nuevas acciones para septiembre para pedir que ni un solo joven que quiera dedicarse a la agricultura deje de hacerlo por falta de apoyo.

El campo está cansado del castigo continuado que gobierno andaluz les impone con recortes de hasta el 14% en los presupuestos de la Consejería de Agricultura o el hecho de que dejen sin ejecutar más del 50% de las inversiones o gastar 271 millones de euros en cuestiones que son urgentes.

Sí la Junta está dejando morir al campo con una actitud pasiva e injustificada que no responde ni a la realidad del sector agroalimentario a la vanguardia de lo que piden los mercados internacionales ni a las exigencias de Europa que ve en la agricultura un sector potente para nuestra economía, el grupo parlamentario del PP va a estar al lado de los agricultores para llevar sus exigencias al Parlamento porque a diferencia del gobierno no estamos de vacaciones.

Se precisa un cambio de rumbo en la política agraria, aportar más valor añadido a un sector que, por si sólo, está generando riqueza y empleo a Andalucía. Hay que impulsar el relevo generacional con ayudas reales para nuestro campo. Es crucial que, de forma íntegra, se destinen los fondos del PDR y de Europa al fin para el que fueron creados; la modernización y renovación del campo. Sólo así se erradicará la práctica de desviar fondos a otros sectores que, al contrario que la agricultura, sí cuentan con líneas de financiación y, sobre todo, se apostará por un sector clave para el futuro de Andalucía. Así se lo hemos hecho ver al Gobierno de Rajoy que para reactivar y ayudar a nuestro campo va a destinar a Andalucía 32 millones, el 27% de los fondos repartidos en la última Conferencia Sectorial de Agricultura a los que se sumaran los 230 millones que ha anunciado la propia ministra de Agricultura para obras de depuradoras que la Junta ha sido incapaz de realizar.

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