Es una triste gracia de la Historia que donde se fundó nuestra cultura occidental sea donde la vaya a palmar, si Yahvé, Dios y Alá no unen sus fuerzas para tratar de enderezarlo.

El lugar donde, según la Biblia, estaba el Paraíso Terrenal, la Mesopotamia cuna de los sumerios -nuestros primeros ancestros culturales-, donde apareció la agricultura hace diez milenios y la escritura tres mil y pico años después, ahora parece el germen del desastre total.

Por no tener ya no tienen ni agua suficiente entre el Eúfrates y el Tigris para lavar tanta sangre derramada. Y lo que es peor, la cosa va a peor (y disculpen la rebuznancia).

En el centro mismo, Irak sigue irredento y las luchas entre chiitas y sunitas (con unas cuantas sectas y fracciones añadidas) siguen empeorando. Alrededor, los palestinos y los judíos, los libaneses multifacción, los sirios con no menos frentes abiertos, Irán y Arabia Saudí cada día más enemistados y metiendo las respectivas cucharas en todos los guisos que se cuecen en los alrededores (alrededores en sentido muy amplio)…

Y para completar el cuadro, la situación ruinosa de Egipto y la deriva dictatorial en Turquía, que no se sabe hasta donde la va a llevar Erdogán. Desde luego, por el camino que lleva, poco le falta para aplicar la "sharía", darle vacaciones a lo que queda del parlamento, sustituir las universidades por escuelas coránicas y la prensa por "dazibaos" como los que hacían los chinos de cuando Mao.

Lo peor para nosotros, claro, es lo cerca que nos pilla este avispero endemoniado. La situación geográfica de Turquía y lo reciente de su involución democrática, es lo que nos pone los cataplines de corbata.

Y los dos grandes depredadores volando en círculos, como los buitres, sobre nuestras cabezas. Y menudo par de depredadores ha querido la diosa Fortuna que se encuentren en el mismo día y a la misma hora, como dice la letra de sevillanas: Putin y Trump.

Para echar a correr. Lo malo es a dónde se va uno. Cuando mandaba aquí Franco los españoles podían huir a Francia, Argentina o México. Los judíos que escapaban de Hitler se iban a América. Los berlineses del este se pasaban a la zona occidental. Los sirios y otros paisanos se están viniendo para acá.

Pero, ¿a dónde vamos a ir ahora todos? Según Hawking, aun nos queda Marte. Menudo consuelo.