El muro de la rambla

Pedro Asensio

Lo fundamental son las ideas

UNA vez finalizado el Congreso de Valencia, habrá que ver cómo se enfrentan a la complicada situación por la que atraviesa la nación española los nuevos, renovados o veteranos dirigentes del Partido Popular.

Supongo que muy pronto (así lo espero) se resolverán las incognitas existentes sobre liderazgo, estrategia e ideología. De estos tres aspectos, lo fundamental, a mi juicio, reside en el debate ideológico. Qué actitud mostrará el partido ante los vendavales federalistas-secesionistas que surgen últimamente, es la cuestión que predominará en toda esta legislatura zapateril. Antes fue la negociación con ETA, ahora toca un cambio de modelo que contente a los nacionalistas.

Por eso, digo que la cuestión del liderazgo, y, sobre todo, quién se presentará como candidato a la presidencia de Gobierno dentro de cuatro años, siendo muy importante, no deja de situarse en un plano inferior. Las personas y las estrategias van y vienen, pero las ideas son las que sustentan e identifican a una organización política.

El Partido Popular está llamado a desempeñar un papel crucial en todo este proceso que se nos avecina. El PSOE, con sus partidos satélites confederados en Cataluña, País Vasco, Baleares o Galicia, parece ir abandonando la idea de nación que inspiró la transición española, y sobre la que se construye el modelo territorial definido en nuestra Constitución. De ahí la importancia de contener, frenar o atenuar las fuerzas centrípetas que se vienen produciendo día tras día.

En el País Vasco, su presidente autonómico prosigue con su apuesta a favor de un referendum, un paso más en su objetivo último: la independencia de España. Al líder socialista de Euskadi, el señor López, la idea de nación vasca no le asusta... Mientras tanto, la Cataluña del Partido Socialista de Cataluña (PSC) se encuentra sometida a los dictámentes de una minoría llamada Esquerra Republicana de Cataluña (ERC).

Ya nadie duda que el desarrollo del "statut" nos deparará problemas que afectarán directamente a los principos de unidad y, a muy corto plazo, a la solidaridad interterritorial. Además, las batallas de inmersión lingüística, con esa estúpida "guerra" contra la lengua española, la desarticulación del sistema educativo nacional, a favor de modelos autóctonos dispersos y cerrados, o la imposibilidad de cerrar el "sudoku" de la distribución financiera de nuestras diecisiete autonomías, son algunos ejemplos de problemas que nos tocará resolver.

Por eso, insisto, lo fundamental, las ideas, que para personas y estrategias siempre hay posibilidad de cambio.

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