República de las Letras

No a la guerra

Aquel lema de cuando las guerras de Irak y Afganistán sigue vigente. Putin está siguiendo hoy los pasos de Hitler

La guerra de Ucrania es un hecho gravísimo, aunque algunos puedan pensar que queda muy lejos. Igual pensaban en Inglaterra y Francia en los años 30, cuando Hitler empezaba a ocupar media Europa. En síntesis, lo de Ucrania es un conflicto armado entre dos gobiernos de corte ultraderechista, gobiernos nacionalistas que, por más que los pueblos ruso y ucraniano sean hermanos, siempre han tenido enfrentamientos por motivos económicos o geoestratégicos-que son, al final, los motivos verdaderos de todas las guerras-. Transferir ese nacionalismo, que siempre es excluyente, a la población es indispensable para que esta apoye la invasión y la resistencia. Y así, el discurso del otro día de Putin, acusando a Ucrania y a Occidente de atacar a la familia y al pueblo ruso, va en la línea hitleriana cuando la invasión de Polonia en 1939. Insisto en que a los europeos occidentales de la época les quedaba como muy lejano, y que solo se acordaron de Santa Bárbara cuando comenzó la tronera sobre sus cabezas. Lo grave ahora es que Putin no puede perder esta guerra y que dispone de armas nucleares para ganarla sea como sea. Su objetivo de ocupar las zonas circundantes a Crimea para ganar una salida estable al Mediterráneo, ahora que Turquía está llamando a las puertas de Europa, y hacerse con los puertos ucranianos por donde sale el suministro a Occidente, ya se ha cumplido. Solo le queda enquistar la guerra, alargarla. Y si Occidente se empeña en que eso no sea posible, ganarla con los medios de que dispone. Aquí no vale aquello de atacar a Rusia -como a Irak- porque tiene armas de destrucción masiva. Las tiene, y está dispuesta a emplearlas. El mundo es hoy mucho más inseguro. Vivimos al borde de la guerra nuclear.

¿Qué hacen las organizaciones pacifistas ahora? Desde luego, hace falta la unidad de todos los pacifistas en un movimiento de oposición a la guerra. NO A LA GUERRA, ahora más que nunca. El gobierno español se ha alineado con Ucrania y Europa, pero la gente no debemos creernos todo lo que se emite por las televisiones. Debemos preservar, ante todo, nuestros intereses, no los de Europa, ni los de Estados Unidos, ni los de Occidente. Ni siquiera los del gobierno. La guerra nunca es la solución, y desencadena a los cuatro jinetes del Apocalipsis. Nos jugamos mucho en Ucrania. Nos lo estamos jugando todo. Por eso ahora, más que nunca, no a la barbarie, NO A LA GUERRA.

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