Sapere-Aude

Juan Fernández Gómez

El pos ya que

Nuestra cultura es el producto de una escuela que ha pasado del verdadero saber a ser una fábrica de manualidades

Quiero empezar estas líneas resaltando la presentación de un libro, cuyo autor del, Sr.Gil Albarracín, diserto sobre el mismo, poniendo de manifiesto el estado ruinoso de algunos monumentos, así como el mal estudio que se hace de los mismos a la hora de restaurarlos no teniendo en cuenta los materiales apropiados; como quiera que sea, el autor ponía como ejemplo el famoso dicho popular "pos ya que "que hace honor a la expresión "dejémoslo tal cual". Todo esto aludiendo a una administración que no solo muestra poca sensibilidad, sino también, un gran desconocimiento y lo que es peor, el poco interés por mantener el patrimonio cultural. A la pregunta formulada por uno de los asistentes, de porque ocurrían estas cosas, a mí se me ocurre esta respuesta: La cuestión está en la escuela como objetivo vital, en la educación, en la formación, tenemos que liberarnos de los falsificadores, de esos falsos pedagogos, que confunden planes de estudio con la realidad social, como escribe mi amigo Sevillano, tan confundidos como Luis el Largo, en su intento de derribar el monumento a Los Coloros; estamos rodeados por una administración donde brillan por su ausencia la coordinación; y si el caos y el ego de aquellos que imponen sus criterios, que además suelen salirnos caros, con presupuestos desorbitantes y a todo esto la incompatibilidad de los distintos organismos guiados por intereses más cómodos, como si la educación fuese para adaptarse al estado actual de la especie humana, más bien es un proyecto para disfrutarlo en toda su extensión social, y eso hay que hacerlo propagando la cultura, desde la didáctica científica o popular, pero siempre dese el prisma en que el educador no tenga que doblegarse al educado, sino como decía Kant: a aquellos parámetros que resalten valores, que se comprometan con el futuro. Queridos lectores nuestra cultura es el producto de una escuela que ha pasado del verdadero saber a ser una fábrica de manualidades, hemos sustituido al maestro por el móvil, la televisión o el ordenador; toda esta indisciplina ha dado lugar a la ecuación del poco esfuerzo, a crear una escuela, cuyo logotipo es el vacío; por eso quiero decirle a nuestro querido director. "Antonio nos han quitado el placer de tener el papel en las manos"

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