República de las Letras

¿Y tú me lo preguntas?

La Poesía tiene una magia inexplicable que la mantiene viva. Para empezar, ¿qué es Poesía ¿Y tú me lo preguntas

Hace mucho que reflexiono acerca de la Poesía. Lo escribo con mayúscula porque me ha parecido y me parece la parte más difícil de la Literatura –también con mayúscula–. Me he preguntado por qué es Poesía lo que menos se vende, lo que menos interesa a la gente. De siempre, el pueblo ha sido amante de la Poesía, pues le ha representado lo bello de la Vida, lo más cercano, lo más amable. Ha sido la escritura más admirada. Me acuerdo, de niño, cómo un amigo de correrías por la Rambla decía que no podíamos acercarnos a cierto cortijo que había porque allí vivía un poeta. Y le daba a esa palabra un aire de misterio, una cierta admiración y un tono esotérico que a mí me llamaban mucho la atención. Un poeta era, de entrada, un tío raro, que pensaba cosas inverosímiles y que siempre estaba en las nubes: un hombre tocado, sin duda, por el dedo de Dios. Así ha sido como el pueblo se ha acercado siempre a la Poesía: como si fuese un campo minado de pensamientos y emociones difíciles de comprender, pero cercanos al sentimiento. La Poesía se siente. Es su gran característica y su paradoja.

El Romanticismo dejó impregnada la Poesía de su hálito mágico y su sentimentalismo. Tanto, que para cualquiera decir Poesía es todavía decir Bécquer y sus Rimas. Incluso recitan el comienzo de aquella de las oscuras golondrinas. Luego fue Machado y lo de su Caminante no hay camino, etc. Desde entonces, sólo la época surrealista y Lorca, Alberti o Miguel Hernández han supuesto alguna renovación. Sí, ya sé que es un reduccionismo exagerado, que siempre ha habido Poesía y poetas innovadores y todo eso. Pero hablo desde la gente de la calle, esa que no es experta ni bibliófila ni está al tanto de las novedades editoriales.

Para la inmensa mayoría de la gente, la Poesía es hoy la Literatura más alejada, la menos comprensible y, por tanto, por la que menos pagaría. Los poetas, se piensa, escriben para sí mismos. Nadie es capaz de asimilar lo que dicen, ni mucho menos profundizar en ello. La autoedición y algunos premios casi siempre preconcedidos por intereses empresariales o de actualidad política y social van manteniendo la llama. La Poesía, se dice, siempre ha estado en crisis, como el teatro. Decir poeta equivale a decir ganas de perder el tiempo, cuando no hambre. Sin embargo, la Poesía tiene una magia inexplicable que la mantiene viva. Para empezar, ¿qué es Poesía? ¿Y tú me lo preguntas?

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios