Carta del Director/Luz de cobre

La recuperación del turismo

Julio en turismo en la provincia es el termómetro que toma la temperatura al sector

J ULIO en turismo en la provincia es el termómetro que toma la temperatura al sector. El índice de ocupación de este mes marca el devenir de una temporada que alcanza en agosto la cima. Con los datos en la mano y cuando el primer gran tiempo de asueto toca a su fin, se confirma que los porcentajes se acercan a los niveles prepandemia. ¿Y esto qué supone? La respuesta parece sencilla, aunque la realidad nunca es tan clara. Si la ocupación, condicional, ha sido buena y las perspectivas para agosto parecen halagüeñas, pudiera entenderse que el sector se prepara para un buen año y resarcirse de las pérdidas que el coronavirus ha dejado en los dos últimos años.

Una visión simplista que tiene excesivas aristas a tener en cuenta para concluir que el encaje de la recuperación es más complejo. El aumento constante de los costes, las dificultades para encontrar trabajadores, un mercado todavía basado en el sol y la playa y un aeropuerto en el que los vuelos son aún escasos, son lastres de los que es complicado desprenderse para poder concluir que la provincia está en disposición de consolidar el turismo como fuente de recursos equiparable a lo que supone para otras de nuestro entorno.

Vamos por partes. La dependencia del sol y la playa es todavía hoy en Almería excesiva. Si bien es cierto que se han hecho esfuerzos por romper la temporalidad, no lo es menos que no se han logrado los objetivos que llevamos subrayando con tinta roja en las pantallas en los últimos 40 años. Es posible que como decía el empresario hotelero José María Rossell allá por los años noventa, que a esta provincia le falten un par de grados de temperatura para romper con ella.

El aumento constante de los costes, una inflación desbocada y la imposibilidad real de repercutir las alzas en los precios, dificulta en extremo la "sonrisa", por llamarlo de alguna manera, de aquellos que forman parte del sector en esta tierra. Paquetes de vacaciones excesivos en precios son ya un lastre para quienes tienen previsto pasar unos días de descanso, merecidos, en cualquiera de los hoteles de Almería.

Dejo para el final las comunicaciones. Disponemos de un aeropuerto de calidad, infraexplotado y a la espera de sumar vuelos. Entiendo que los esfuerzos de las administraciones encaminados a la llegada de compañías y sumar países al aeródromo de Almería han sido, son y espero que sigan tiempo ímprobos. Pero lo cierto es que los grandes operadores aún no tienen Almería y nuestra costa entre sus prioridades. Es la parte del trabajo que aún resta por hacer. Y aquí no bastan las campañas y la presencia en ferias. Es la parte del hilvane, sobrehilado y cosido que tenemos pendiente. La pista del aeropuerto de El Alquián aún dispone de excesivos huecos y falta de aviones llenos de turistas que invadan nuestras playas. El patrón está hecho, ahora falta darle forma al traje.

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