Cada cual andamos con suficientes tareas y asuntos personales que resolver que los problemas de participación ciudadana nos convocan bastante poco: cada vez más, preferimos una suerte de gestores de lo público que terminen por resolvernos los conflictos, tal vez con la participación ciudadana a través de alguna aplicación que, desde nuestros móviles, nos permita "participar" avisando de dónde ha ocurrido algún desaguisado: alguna losa rota en una acera, un contenedor de basura que está disfuncional… Sí, efectivamente y cada vez más, parece que nuestra función como ciudadanos se ceñirá a elegir "gestores para los próximos cuatro años", a menos que no aceptes que quienes gobiernan lo hacen inmerecidamente.

Y esa es la contradicción en la que nos movemos después de que Fukuyama nos dijera, tres decenios atrás, que "habíamos llegado al final de la historia". Por una parte, tenemos a una de las ideologías echada a las calles reclamando su gobernanza hayan ganado o perdido, porque el otro es ilegítimo. La otra ideología, sin una alternativa fuera del Libre mercado, sigue sin ir más allá del parcheo permitido. Las decisiones tomadas en torno al Paseo de Almería en los últimos tiempos son muy reveladoras de por dónde van las cosas según quien gobierne al municipio.

Con gobiernos municipales de izquierda ha sido muy común avisar de la necesidad de decidir sobre el futuro de esta vía: ¿peatonalizamos o no El Paseo? Siempre fue un lanzar ese globo sonda a la ciudadanía a la que nunca se le preguntó por nada, pero se la mantuvo bien enfrentada con lógicas posturas dispares. Pero sin una guía reflexiva que nos llevase a una toma de decisiones. Frente a este "amagar y no dar" de una parte, ¿cuál es el modelo de las prácticas políticas de derechas? Amparadas en ese modelo de "dejar la gestión al administrador", no han parado. No es que yo añore ese Paseo que tenía aparcamientos en ambos márgenes y coches circulando en los dos sentidos, pero es que una vez que Puerta de Purchena dejó de ser un nudo de comunicación, con su rotonda, y pasó a ser Monumento al aparcamiento privado, hemos visto primero cómo se eliminaron los aparcamientos, y después cómo el carril izquierdo fue, progresivamente, zona peatonal, zona de exposiciones…, y ahora es un carril de emergencias usado por el equipo de jardines en un perpetuo cambio de las plantas que separan ambos carriles. Viva la participación.

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