La tapia con sifón

El vino en la copa

Cuando el vino se consumía a diario, se almacenaba y se bebía de cualquier manera: toneles y tinajas, botas con sabor a pez, porrones...

El ha ido aumentando la calidad del vino español han ido mejorando los recipientes para beberlo. También ha bajado mucho el consumo, pero esa es otra cuestión. Cuando el vino se bebía a diario, se almacenaba y se bebía de cualquier manera: toneles y tinajas expuestos a la oxidación, botas con sabor a pez, porrones, vasos de duralex o a morro de la botella, si acaso con un canuto de caña en el gollete. Los pocos que ponían copas usaban unas de boca ancha, como la lamentable y aun usada “princesa”. Incluso el jerez, un vino que tiene su propia copa, llamada catavinos, se servía en simulacros del auténtico catavino jerezano. Este es idéntico a la copa AFNOR (ISO 3591–1977) que se usa para catas oficiales: 15,5 cm de altura (h), 21,5 cl de capacidad total (Ct), y un volumen de degustación (Vd) de 8-9 cl. Tengo un catavino del mítico bar La Flor de la Mancha, de vidrio grueso, con una Ct de 5,5 cl y una raya azul cerca del borde, con lo que el Vd es de 4,5 cl; un chupito. Es de los años cincuenta, pero hasta hace cuatro días han estado usando nuestros hosteleros unos catavinos de “vidur” poco más grandes (h: 12, 5, Ct: 6,5, Vd: 5,5) y encima más feos. En 1988 encargamos catavinos especiales con motivo del XXV aniversario de la peña El Taranto. Eran de cristal fino, pero las medidas no mejoraban demasiado: h: 13,5, Ct: 11, Vd: 6,5. Seguíamos lejos del auténtico catavino. (Como no se pueden poner fotos aquí, colgaré en equipoalfredo.wordpress.com fotos de estas copas y de las que voy a comentar a continuación).

Poco a poco, ya digo, aumenta la calidad de los vinos, los consumidores se van refinando y se abandonan los vasos de vidrio verdoso. Como es habitual, la moda da un bandazo y se va al lado contrario: copas grandes, cada vez más, hasta llegar a extremos ridículos: unas copas de balón que me regalaron hará unos veinte años tenían las siguientes medidas: h: 25, Ct: 80 (una botella entera), Vd: 18-20. Las cosas se van moderando y ahora se usan copas más manejables, como la nº 5: h: 20, Ct: 50, Vd: 12-13. Hay una copa Riedel que va estupenda para todo tipo de vinos. tintos, blancos, espumosos y jereces; h: 18, Ct: 28, Vd: 10-12,. Es manejable, elegante y perfecta para cata y para beber a diario. Un poco cara, eso sí, pero, como decía Gila ¡da un gustirrinín…!

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