Tribuna

Juan Gabriel Mateu Escudero

En el Día del Síndrome de Asperger

En el Día del Síndrome de Asperger

En el Día del Síndrome de Asperger

Anthony Hopkins es sin duda uno de los mejores actores de la historia del cine. Sus interpretaciones le han hecho convertirse en una estrella mundial. Sin embargo, en su vida no todo ha sido luz y color, de hecho, antes de saltar a la fama e incluso habiendo alcanzado la excelencia suprema por su trabajo no lo tuvo muy fácil. Es muy probable que esto fue a causa del Síndrome de Asperger con el que nació pero que no le fue diagnosticado hasta ya ser anciano, concretamente a sus 76 años. Esto se debió a que sus rasgos de este síndrome no llegan a ser apreciables en su apariencia física ni en la sonoridad de su voz como sí lo son en otras personas que lo tienen, pues, Anthony Hopkins, aun teniendo Asperger no llega a padecerlo en un grado tan alto y notorio como otra gente. Esto no quita que los síntomas del Asperger que sí mostraba en su actitud lo hicieran no encajar socialmente y provocarle así un sufrimiento que lo marcaría profundamente. Cabe mencionar que el síndrome de Asperger es un grado del autismo que se caracteriza mayormente por las dificultades en las relaciones interpersonales. Su niñez fue solitaria y sin amigos. “Mi infancia fue inútil y totalmente confusa. Todo el mundo me ridiculizaba”, confesó a The New York Times .

Sus dificultades de aprendizaje lo hicieron tener un complejo de inferioridad y unos problemas de autoestima que acabaron dando lugar a que en el colegio tuviera una fama de niño excéntrico por la que según él mismo dijo en una entrevista a Vanity Fair “acabé convirtiéndome en un tonto de pueblo.” Un encuentro con su compatriota y por aquel entonces estrella de cine Richard Burton lo inspiró: “Un día me lo encontré, yo era un adolescente muy solitario como no lo solían ser los chicos de mi edad. Él era galés como yo y antes de ser famoso fue pareja de una profesora de clases particulares mía. Me firmó un autógrafo y ya le comenté lo acomplejado que me sentía por mi estigma social, me dio ánimos y me dijo que seguro que encontraría un rumbo en mi vida y me puso su ejemplo de que decidió ser actor porque no era muy válido en los trabajos. Entonces le vi subirse en su lujoso Jaguar y se fue.”

Después de ver a Richard Burton marcharse en ese despampanante coche que era tan inusual en esa época de posguerra Anthony Hopkins decidió que tenía que cambiar sus circunstancias. Podríamos decir que el muchacho a quien en ese momento llamaban en su pueblo con el mote de “Hopkins el loco” tuvo una revelación. “A los 17 años me harté de que me llamasen estúpido y fue cuando me quedó claro que quería convertirme en actor”, dijo en una entrevista con El País. Al final acabó dedicándose a la actuación en el teatro, tuvo mucho éxito en todo Reino Unido y esto dio lugar a que saltase al cine en la década de los sesenta, fue protagonizando varias películas exitosas hasta que interpretó al mítico personaje Hannibal Lecter en El silencio de los corderos, film que brilló en todo el mundo y maravilló a todos los críticos de cine. Por esta película Anthony Hopkins acabó ganando el Óscar a mejor actor principal, premio que culminó su consagración como uno de los mejores intérpretes del mundo y que le hizo ganarse el aplauso de toda la crítica y público. En el 2017, ya cerca de ser octogenario reveló que tres años antes fue diagnosticado de Síndrome de Asperger. “Saber que tenía ese síndrome supuso un alivio para mí, pues me ayudó a entender por qué siempre fui una persona solitaria, nunca encajaba en ningún sitio, sobre todo durante mi niñez. Causaba problemas a los demás y a mí mismo”. En 2021, Hopkins hizo historia al ganar su segundo Óscar por su magnífica y sobrecogedora interpretación en la película El Padre. También batió el récord de convertirse en el actor con más edad en llevarse este premio, 83 años tenía en ese momento. Fue el corolario perfecto para una carrera maravillosa y apasionante.

Cabe decir que más allá de su carrera actoral, Anthony Hopkins ha sido un ejemplo admirable en la lucha contra el alcoholismo, y en menor pero nada despreciable medida contra el tabaquismo y la obesidad: -De adolescente, como refugio contra el estigma social acabó siendo alcohólico, hasta que a los 38 años se despertó sin recordar nada de la noche anterior y con una gran resaca en una habitación de hotel y decidió dejar el alcohol, entonces fue a Alcohólicos Anónimos y logró alcanzar la sobriedad absoluta. -A los 70 años consiguió dejar el tabaco por el método Allen Carr. -A los 71 años y después de llevar una época de su vejez con un poco de obesidad, decidió ponerse a dieta y hacer ejercicio logrando adelgazar y conseguir una complexión física atlética en menos de dos años.

Además de todo esto, Anthony Hopkins en las redes sociales se ha convertido en todo un referente y en alguien que llena de diversión y de alegría a sus numerosos seguidores con sus vídeos en los que transmite tanta vitalidad bailando y cantando entre otras cosas, mostrando como cualquier edad es buena para disfrutar al máximo de lo bueno de la vida pese a lo duras que fueron su infancia y su adolescencia.

No se puede negar que es digno de toda la admiración posible. Resultan muy emocionantes sus palabras en una entrevista que dio siendo anciano a la revista Interview: “Con la edad recuerdo cada vez más mi infancia, me acuerdo sobre todo de una tarde que pasé en la playa con mi padre cuando yo tenía cinco o seis años. Me puse a llorar porque había perdido en la arena un caramelo que él me había dado. Pienso en ese niño inocente llorando por un motivo tan tierno y me da mucha pena a que estaba condenado a convertirse a ojos de la sociedad en un bicho raro y en un estúpido que iba a sufrir tanto desprecio y tanto estigma social, pero a pesar de todo quiero decirle a esa niño: “No pasa nada chaval, lo hemos hecho bien”.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios