Tribuna

MANUEL PAREJO GUZMÁN

La economía española. Mucha prudencia para otoño…

Incrementar el gasto público improductivo, convirtiéndolo en estructural a base de generar más deuda, nunca puede ser el pilar de una economía seria

La economía española. Mucha prudencia para otoño…

La economía española. Mucha prudencia para otoño…

La evolución de la economía española durante los últimos cuatro años ha resultado ser bastante pobre. Las perspectivas para el otoño, llenas de incertidumbre, aconsejan cuando menos ser muy prudentes.

En estos días he tenido ocasión de analizar el interesante balance de la economía española correspondiente al período 2019-22, elaborado por la prestigiosa consultora Freemarket Corporate Intelligence. El factor diferencial de este estudio es que no cae en el error de analizar datos económicos sueltos e inconexos, sino que, de manera acertada, los compara con los de otros países de nuestro entorno y analiza la evolución experimentada a lo largo del periodo objeto de estudio.

El análisis del PIB español no arroja conclusiones muy positivas. En el período 2019-22 el crecimiento del PIB en precios corrientes de España se quedó en el 6,6%, muy alejado del 11,2% de la zona euro. Si lo ajustamos con la inflación y hablamos de PIB real, España ostenta el peor dato de toda la UE, con un 0,4%. Al analizar el nivel de riqueza de los ciudadanos y centrarnos en el PIB per cápita, vemos como en este periodo en España cae un 2,4%, mientras que en la zona euro sube un 1,7%. En el segundo trimestre de 2023, el crecimiento del PIB se ha moderado, situándose en el 1,8% anual frente al 4,2% del primer trimestre.

Respecto a la inflación, el indicador anual adelantado del IPC que elabora el INE ha subido en julio 4 décimas, situándose en el 2,3%. Además, en el último semestre la tasa mensual del IPC subió todos los meses, salvo en mayo, que se quedó a cero. Pero debemos también tener en cuenta la inflación subyacente. Esta, mucho menos volátil que el índice general, se situó en julio en el 6,2%. Si analizamos la evolución histórica de la inflación, dado que esta es acumulativa, podemos concluir que entre mayo de 2018 y mayo de 2023 la variación acumulada del IPC en España ascendió al 15,1%. Con estos datos sobre la mesa resulta complicado afirmar que el problema de los precios esté controlado.

El dato de desempleo en España, el más alto de toda la UE según Eurostat, se situó en el segundo trimestre de 2023 en el 11,7%. Este dato supone casi el doble de la media de toda la UE (5,9%). Si nos centramos en el desempleo juvenil (27,4% en España), casi triplicamos el de la UE. Los datos del mercado laboral de julio tampoco han sido buenos. Aunque el paro se ha reducido en 10.968 personas, estamos ante el tercer peor dato de un mes de julio desde el año 2011. Además, si desestacionalizamos el dato, nos encontraríamos con que el paro ha subido en 5.509 personas. Por otro lado, en el periodo 2019-22 nuestro país solo consiguió mejorar su tasa de paro en 7 décimas, mientras que la media de la UE la mejoró justo el doble.

Pero estos datos tan pobres son aún más preocupantes si tenemos en cuenta que en estos últimos años España ha contado con el estímulo fiscal más grande de toda su historia. El BCE ha comprado una ingente cantidad de deuda y los niveles de gasto público, déficit y deuda respecto al PIB, han superado con creces los de la media europea.

Nos encontramos con que la deuda de la administración general del estado se ha situado en junio de 2023 en 1,397 billones de euros. La deuda ha crecido en el último año 102.252 millones de euros. Incrementar el gasto público improductivo, convirtiéndolo en estructural a base de generar más deuda, nunca puede ser el pilar sobre el que descanse una economía seria.

Por lo tanto, para este otoño nos encontraremos con una economía que, además de los problemas macroeconómicos que acabamos de señalar: crecimiento decreciente, inflación, desempleo, endeudamiento, etc., verá como las familias siguen experimentando una caída clara de su poder adquisitivo. Además, los tipos de interés al alza seguirán dificultando de manera importante el acceso al crédito y poniendo en jaque a muchas familias con hipotecas.

Debemos asimismo tener en cuenta otros factores exógenos que también afectan a nuestra economía. En materia exterior, el parón de la economía alemana. Su crecimiento económico fue del 0% en el segundo trimestre de 2023, tras haber disminuido sucesivamente un 0,4% y un 0,1% en los dos trimestres anteriores. Pero quizás la amenaza más preocupante que ya está afectando de manera patente a nuestra economía, la constituye el déficit hídrico que padecemos. Por lo tanto, mucha prudencia para el otoño en materia económica.

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