Esta semana, los alumnos de la Escuela Concilia, una ludoteca que está enmarcada en el Plan Corresponsables, han podido participar en un emocionante taller de cocina a través del cual tuvieron la oportunidad de explorar y gestionar sus emociones mientras adquirían habilidades sociales clave.

Este taller de cocina no fue solo una experiencia culinaria, también fue una lección sobre responsabilidad y cooperación. Los jóvenes cocineros demostraron su destreza en la elaboración de platos mientras se sumergían en un ambiente colaborativo donde aprendían valores esenciales como el trabajo en equipo y el respeto mutuo.

Además de picar, mezclar y hornear, los alumnos de la Escuela Concilia aprendieron sobre la importancia de colaborar en las labores del hogar. Por lo que esta jornada no solo mejoró las habilidades de los alumnos en la cocina, sino que les hizo comprender en profundidad el esfuerzo que requiere mantener un hogar en funcionamiento y armonía.

El enfoque sensoperceptivo del taller permitió a los niños explorar los diferentes sentidos a través de los ingredientes, texturas y aromas lo que hizo que también fortalecieran su conexión con el entorno que les rodea además de estimular su creatividad.

Más allá de las habilidades culinarias que pudieran aprender durante este taller de cocina, la experiencia brindó a los niños un espacio para descubrirse a sí mismos y les ayudó en su crecimiento personal.

En definitiva, la cocina en la Escuela Concilia se ha convertido en un escenario de aprendizaje completo: desde el desarrollo de habilidades culinarias hasta el desarrollo personal de cada alumno. Durante esta experiencia, los niños han podido aprender que cocinar va más allá de ser una simple tarea y han etsado trabajando en un ambiente colaborativo.