El tren de la ilusión y la alegría, el del Carnaval que organiza el Ayuntamiento con las disintas asociaciones de vecinos, recaló ayer en Campohermoso y San José, y detiene hoy su recorrido por la comarca en la Villa de Níjar. El tercer núcleo vecinal más poblado tras los de Campohermoso y San isidro es la capital administrativa del municipio, formado por 25 entidades habitadas en 600 kilómetros cuadrados que le sitúan el 38º del ranking nacional y el de mayor superficie de la provincia.

La condición de capitalidad se le otorga el hecho de que es la sede del Ayuntamiento de Níjar, que cuenta con dos oficinas municipales para gestiones en las barriadas de San Isidro y Campohermoso. Pero, la Villa es la que tiene el mayor peso histórico. Por sus calles, han pasado los fenicios, griegos y romanos, entre otros. Pero la civilización que dejó huella en Níjar fueron los musulmanes. La tradición por la artesanía y alfarería es el legado que dejaron y se ha incrustado en su historia hasta convertirse en uno de su sellos de identidad. De hecho, está representado en el escudo de armas municipal con dos vasijas.

Fundada en el S. XIII, destacan las calles de casas blancas y cuestas del barrio de la Atalaya y la Plaza del Mercado, escenario de los antiguos trueques. En la Plaza de la Glorieta, punto neurálgico de su vida callejera, se encuentran la Casa Consistorial y la iglesia mudéjar de Nuestra Señora de la Encarnación, de donde se inicia el 20 de enero el acto procesional de San Sebastián, su patrón, desde 1.488 cuando arrancó su Patronazgo, según está documentado.

El Museo del Agua, edificio singular situado en pleno corazón del Casco Histórico , se dedica a documentar una cultura tradicional del agua en zonas áridas, una característica de la Villa y cobija la Oficina Municipal de Turismo. El centro se organiza en la planta baja del mercado, donde se muestran los contenidos museográficos. En el altillo, está presente un centro de documentación sobre temas hidráulicos, con fondos editoriales y centro digital de consulta.

Aquellas personas que lo visitan aprenden la importancia del agua para la vida, el funcionamiento del ciclo del agua, el papel que juega este líquido en nuestro clima y las condiciones que determinan la aridez del sureste de la península. Además, los visitantes pueden conocer las ingeniosas soluciones que el grupo humano ha tenido que desplegar a lo largo de su proceso vital.