Medio Ambiente

Tras el temporal Nelson y un mes de marzo muy húmedo en Almería, llegan los mosquitos

En Roquetas ya han comenzado este pasado mes de marzo las fumigaciones.

En Roquetas ya han comenzado este pasado mes de marzo las fumigaciones.

El mes de marzo ha sido particularmente húmedo en Almería. Sobre todo tras el paso de la borrasca Nelson la última semana del mes, coincidiendo con la Semana Santa. En algunas localidades, solo durante esos días, se llegaron a acumular precipitaciones por encima de los tres dígitos, algo atípico para estas fechas.

Un cóctel que agitado ahora con la paulatina subida de temperaturas y las jornadas veraniegas que se han registrado durante gran parte del mes de marzo está provocando la aparición de mosquitos en todas las zonas del litoral almeriense desde Vera a Adra pasando por Mojácar, Níjar, Roquetas de Mar y El Ejido, por citar algunas localidades.

"Los mosquitos de las marismas (los que se dan en zonas de agua salina, como en Roquetas de Mar) son oportunistas: ponen los huevos en el suelo y estos aguantan durante varios años. Así, cuando llueve, pueden eclosionar rápidamente y se producen picos muy fuertes", explicaba Emilio González, presidente de la Sociedad para el Estudio y la Recuperación de la Biodiversidad Almeriense (Serbal), a Diario de Almería.

Un fenómeno que con las últimas precipitaciones y los episodios de altas temperaturas que se han registrado en la provincia, con noches rozando los 30 grados, han acelerado la eclosión y proliferación de estos molestos insectos.

Sabedores de esta situación, los ayuntamientos de la provincia ya han comenzado a fumigar de manera intensa en aquellas zonas en las que el agua se estanca y que se convierten en principales focos de generación de estos insectos.

Es el caso del Ayuntamiento de Roquetas de Mar, que ya a mediados de marzo reactivó estas labores que tienen lugar durante todo el y que llevan a cabo técnicos especialistas, lo que posibilita la detección temprana de los focos larvarios y la actuación preventiva mediante métodos de control biológico.

Prevención durante todo el año

El concejal de Medio Ambiente, Juan Carlos Muyor, explica que aunque estas labores de prevención y detección se llevan a cabo durante todo el año, la llegada del buen tiempo, la subida de las temperaturas y las precipitaciones registradas hace un par de semanas hacen necesario reforzar este servicio, que lleva a cabo la empresa Athisa Medio Ambiente, para actuar e intensificar estas actuaciones en zonas húmedas como los imbornales, ramblas, zonas ajardinadas y lugares donde se acumula el agua para evitar la proliferación de los mosquitos .

Por su parte, el director técnico de Athisa Medio Ambiente, Juan Jesús Rodríguez, ha explicado que este servicio gira en torno a la realización de actividades de vigilancia entomológica continuada por personal experto, que permite identificar los focos y zonas de proliferación de larvas de mosquitos, previniendo de este modo la presencia de mosquitos mediante la aplicación de insecticidas larvicidas biológicos, respetuosos con el medio ambiente, y la realización de actuaciones complementarias de tipo adulticida, cuando es estrictamente necesario.

Durante estos días, una vez realizado el diagnóstico y detección de los focos larvarios, se está llevando a cabo el tratamiento de larvicidas en zonas como Puntas Entinas y Ribera de Algaida junto con otras zonas de imbornales del municipio. “Esta fase es de vital importancia para detectar los focos y, tras las lluvias es importante llevar a cabo estos tratamientos en los espacios más húmedos para evitar su proliferación”, explica Rodríguez.

Pese a todas estas labores de fumigación, la proliferación de mosquitos en puntos del litoral es ya palpable a la par que molesta. Los mosquitos de las marismas se reconocen fácilmente porque "atacan incluso de día, son muy molestos y hay picos de población muy altos", dice el presidente de Serbal. Algo que pueden atestiguar los viandantes que por las mañanas pasean por paseos marítimos de El Ejido, Aguadulce o Mojácar. Los aspavientos para ahuyentarlos se han vuelto más comunes estos días así como el uso de más prendas de ropa en cabeza, brazos y piernas para protegerse de sus picotazos. Como dice el refranero popular, nunca llueve a gusto de todos. 

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