Viernes Santo. Los velezanos tienen marcado este día en su calendario particular de forma especial. Amaneció un día apacible, el sol que apenas calentaba quiso ser testigo del traslado del Señor de la Caja desde la iglesia de San José hasta la iglesia de la Encarnación. 

En el interior de San José el Hermano Mayor de la Hermandad de la Santa Vera Cruz y sangre de Cristo, Juan Carlos Sánchez entregó el tercer clavo al párroco Javier Ruiz que este año fue el encargado de traspasar con el los pies del crucificado. En la calle, multitud de vecinos esperaban que se iniciara el cortejo para poder portar sobre sus hombros la caja transparente de cedro y caoba que contiene la imagen yerta de Jesús. 

El cortejo, a paso lento, acompañado con la música de la Asociación Musical Maestro Rojas, los hermanos mayores de las Hermandades y Cofradía y del Alcalde y la concejal de Cultura, se dirigió hacia una abarrotada iglesia que esperaba expectante revivir lo que tantas veces sus retinas han captado y no por ello deja de emocionar año tras año. 

En el interior del templo el silencio fue roto por los sones de la marcha el Sepulcro, mientras varios hermanos llevaron hasta el madero santo el cuerpo de Jesús para crucificarlo. Arriba en el catafalco colocado para tal fin dos cofrades cual romano en el Gólgota clavaron las extremidades del Nazareno. El tercer clavo lo colocó el párroco D. Javier, que con emoción taladró los pies del Señor en el árbol de la Cruz. Todo está cumplido. 

Por la tarde, las rachas de viento amenazaron la estación de penitencia. En la sacristía se reunió de urgencia la Junta de Hermandades y Cofradías y decidieron acortar el recorrido procesional haciendo la vuelta chica. 

Con media hora sobre el horario previsto arrancó la procesión con una plaza expectante por ver a las cuatro Hermandades y Cofradías en la calle. El cortejo fúnebre lo abría el Señor de la Caja llevado por seis anderos reales, vestidos de negro y capa blanca con las vueltas en rojo, son los encargados de salir del templo. Sobre sus hombros recaía el peso de cuatro siglos de historia de la imagen de Jesús yacente.

A ambos lados estuvo escoltado por la Guardia Civil y la Legión iniciando un recorrido más corto de lo habitual por el viento. Silencio absoluto mientras el féretro atravesó la plaza. Tras él, los Hermanos Mayores de la Venerable y Sacramental Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, la Tradicional Hermandad de la Virgen de los Dolores y la Ilustre Cofradía del Santísimo Cristo del Perdón y de los Afligidos junto al Alcalde Miguel Martínez Carlón y miembros de la corporación municipal. Le siguieron medio centenar de mujeres con teja y mantilla. 

La procesión se comprimió al máximo. Junto a los nazarenos y las bandas grandes y pequeñas de las tres Hermandades y Cofradías hicieron estación de penitencia en este cortejo fúnebre los porcelanos con el paso del Descendimiento y la Virgen de la Esperanza que se ha desafió al viento saliendo a la calle. 

La tercera hermandad en salir a la calle fue la Venerable y Sacramental Hermanad de Nuestro Padre Jesús Nazareno que sale con un solo paso, la Virgen de la Amargura, San Juan y la Verónica. 

Finalmente, tras la incertidumbre de saber si podría hacer estación de penitencia o no la Dolorosa por el viento, este amainó permitiendo que la Virgen de los Dolores saliera a la calle.

Durante más de tres horas, vecinos y turistas disfrutaron de una procesión, en la que sin apenas despegarse de la vayas presenciaron la salida de la Virgen abandonando la plaza cuando llegaba Jesús muerto a recogerse.