A pesar de las incertidumbres en las previsiones meteorológicas, El Silencio salió a la calle desde la iglesia parroquial de san Agustín, antiguo convento de los Padres Franciscanos, para realizar la Estación de Penitencia con su impronta ascética propia de esta corporación penitencial, que cuida con esmero cofrade y pastoral al milímetro el cortejo procesional, sus 400 nazarenos de hábitos y antifaces blancos y dalmáticas y cíngulos negros, bajo la dirección espiritual del cura párroco y canónigo Rvdo. José Juan Alarcón Ruiz.

Una plaza de la Inmaculada en pleno barrio de Alfareros totalmente repleta de público expectante, que tras la asistencia al Triduo Pascual y la realización del acto de juramento de silencio ante el Monumento, al abrirse las grandes puertas del templo parroquial se convirtió todo el entorno en un recogido silencio enlutado en la oscuridad de la noche del Jueves Santo almeriense. Cuando los pasos, el de Misterio y Palio, estaban en la calle, fue un momento sublime, intenso y emocionante al ver el esfuerzo de sendas cuadrillas de costaleros comandadas por los capataces Alejandro Guitiérrez Hernández y Manuel Vicente Barranco Rodríguez.

La noche se hizo corta hasta llegar a la Carrera Oficial y la Catedra de la Encarnación, pero en todo momento el cortejo procesional con la dolorosa bajo palio, María Santísima del Consuelo, y el Santísimo Cristo de la Redención en su Sagrado Descendimiento, se sintieron acompañados en todo momento del recorrido penitencial por miles de personas que llenaron las calles de oración, silencio y lágrimas. Corporación penitencia que atendiendo a su impronta espiritual franciscana, donde mejor se vive su tránsito pasionista de forma íntima y profunda es por esas calles del casco histórico, que al pasar los pasos tan cercanos de las gentes, salen de las mismas un suspiro del corazón ante su divina proximidad.

Previamente, durante la mañana del Jueves Santo, con la siempre atención del Hermano Mayor Juan Benavides Real, los pasos se revistieron con una elegancia perfecta en su conjugación floral, para el paso de Palio, rosas westminster y quick sand, hydrangeas preservadas, hiedra y brezo, y para el paso de Misterio, rosas malva, iris, ranúnculos burdeos, allium y erigyum. La Virgen del Consuelo con negro manto y palio, vestida con dulzura cofrade por José Francisco Siles Cantón ha sido ataviada con el terno de Carmen Góngora, fundadora del Sindicato de la Aguja, y la mantilla de hojilla de oro de principios del siglo XX. Llevaba, además, puños de encaje de Bruselas, el pañuelo bordado en hojilla sobre tul y el fajín de Teniente General del Benemérito Cuerpo de la Guardia Civil – Hermanos Honorarios-. La Virgen de la Piedad integrante del paso de Misterio, ha sido vestida, igualmente, por Siles Cantón, luciendo su manto bordado y el terno de luto y preseas de la Virgen del Consuelo, atañendo el tocado realizado con seda color crudo y lamé de oro. En la mañana del Jueves Santo, tras el rezo a las 12 horas del Ángelus, como es tradicional, el hermano mayor de la Cofradía de los Estudiantes, Antonio Salmerón Gil, asistido de su junta de gobierno, realizó y depositó en el paso de palio de la Virgen del Consuelo un ramillete de las flores que portó el paso de palio de la Virgen del Amor y la Esperanza en la tarde noche del Miércoles Santo.

Quiero destacar por su trayectoria en la Cofradía, que este año el cofrade José Fernández Rodríguez recibió el Nazareno de honor 2024, toda una vida y trayectoria de dedicación a la Hermandad del Silencio. Otro detalle propio del cortejo procesional, de grandeza evangélica, es que la delantera del paso de la Virgen del Consuelo llevó un relicario con una reliquia ex ossibus de Beatos mártires hermanos de La Salle de Almería, asesinados durante por las hordas republicanas durante la guerra incivil de 1936. Este detalle de reconocimiento de emocionante recuerdo a la memoria y testimonio de buenos cristianos salesianos se debe al nombramiento de la Virgen del Consuelo como Protectora de los niños, familias y comunidad educativa La Salle de Almería.

El paso de Palio este año iba con una configuración de gran belleza en la bambalina delantera, siguiendo los cánones místicos de esta corporación penitencial en concordancia con lo que en su momento se realizará en el taller de Carmen Góngora en la calle Mariana, obra del bordador onubense Daniel Prieto González y el diseño del directivo cofrade Javier Barranco Casimiro, que a través del taller de la propia cofradía ha diseñado otros ajuares y enseres para la Cofradía, elevando el patrimonio artístico. No puedo dejar de expresar en este artículo, que el actual presidente de la Agrupación de Cofradías, desde su más temprana niñez es cofrade y directivo del Silencio, José Rafael Soto Matías, no solo él, sino su familia muy querida, siempre estrechamente ligada desde la reorganización en 1978 a la Cofradía del Silencio.