UD ALMERÍA 1-3 GETAFE | El Acta de Vivancos

Bordalás mostró el camino a seguir

Once titular de la UDA el día que se certificó el descenso a Segunda

Once titular de la UDA el día que se certificó el descenso a Segunda / Javier Alonso (Almería)

Se podría haber estirado el chicle hasta mayo, con el permiso de otros rivales, pero no. En abril, un mes en el que no se suele certificar casi nada en liga, esta UDA ha retornado oficialmente a Segunda ofreciendo un paupérrimo espectáculo ante lo mejor de la temporada, su sufrida afición. Sólo cabe esperar que en un futuro se haga realidad la nota oficial que el club publicó al término del choque, acerca de la continuidad del proyecto y de la máxima ambición por volver muy pronto a la máxima categoría, con el fin de hacer realidad el sueño de Turki, aunque tampoco se precisa la Primera División para construir la Ciudad Deportiva, a diferencia de la segunda fase del Power Horse.

No sé si el equipo quiso pero no pudo ante el Getafe, o no quiso directamente bajo el paraguas mental de un descenso anunciado. En cualquier caso, la afición no se merecía el mal trago de descender en casa y en ese mismo instante, pero en esta campaña todo salió mal. Mientras, en el día de ese mal trago, en el banquillo visitante estaba sentado el entrenador que debió haber venido a Almería hace mucho tiempo, pero el modelo futbolístico que se maneja en la actual UDA me da que no está actualizado.

Eso de morder, bregar, jugar feo cuando se precisa, tener disciplina y de imponer una condición física suprema desde el comienzo, al amparo de una vida de deportista sano, no se pone en primer plano en este Almería, pendiente de más en obtener rédito de futbolistas para seguir creciendo, pero sin una base de experiencia, disciplina y fortaleza.

Un entrenador como Bordalás te lo proporciona, está más que comprobado, pero por estos lares se continúa por los mundos de Yupi. Mel aseveró que este equipo ya estaba encontrando su propio sello y estilo con el que casi se le vence al Villarreal, en un afán de venderse de cara al siguiente curso. Pero el técnico rojiblanco no se da cuenta de que numerosos aficionados tienen un buen criterio, y lo que ven es a un conjunto que no da para más en el aspecto físico, o que venía herido y maltrecho de desgracias en anteriores jornadas, o que no ha asimilado nada de lo que su actual entrenador le ha intentado inculcar.

Quizá son los tres argumentos juntos, los que han terminado por destrozar a esta UDA. Sí, se podría volver más pronto que tarde a la Primera División. El Granada, el Valladolid, etcétera, no paran de bajar y de subir, pero con la mentalidad actual de los dirigentes de la UDA ni siquiera se podrá convertir el Almería en un equipo poderoso en Segunda, sopena que se encuentre por el camino a un Sadiq de turno.

Se habrá hecho caja por las ventas y se dispondrán de suficientes euros de la liga para armar un equipazo, pero lo más importante no es el arma, sino la puntería de quien debe manejar esa arma. La diana vuelve a ser la Primera División.

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