Almería-Celta · la crónica

La calidad supera al corazón (2-4)

  • Nuevo paso a Segunda de un Almería corajudo que no pudo con la clase del Celta. El 1-2 de Charles viene tras un fuera de juego de Nolito.

Es una mera cuestión de calidad. Siempre lo fue y ayer se demostró de forma palmaria. Al Celta le sobra y al Almería le ha escaseado a lo largo de toda la temporada. Para transitar por Primera hace falta algo más que corazón y esa cualidad es la única que el Almería ha podido poner encima de la mesa, aunque tampoco siempre. 

A Francisco se le podrá culpar de multitud de errores tácticos como pueden tener tantos otros colegas de banquillo, pero no de empujar el balón a la red, de combinar con criterio o, más importante si cabe, de ponerle intensidad a la defensa de las acciones ofensivas del rival. 

A Francisco se le podrá culpar de alinear a este antes que aquel, pero no de confeccionar un plantel que se confirma desequilibrado para pelear en una competición tan exigente. Fatalidades al margen, que en un duelo en el que el Almería se jugaba la vida tuviera que recurrir a la solución improvisada de Tébar como central ante las bajas de Torsiglieri, Marcelo Silva y Hans Martínez in extremis, lo dice todo. 

La derrota frente al Celta corrobora que el Almería esta vez acudió a la guerra moderna con escudo y flechas. Aunque tampoco sirva como excusa o eximente, no ayudó la actitud chulesca de Muñiz Fernández, colegiado en retirada al que ya poco le importa finiquitar con sus decisiones las ilusiones de un modesto. 

Dio por válido el 1-2 de Charles a instancias de su asistente pese a que Nolito partía en clara posición ilegal en el pase de Orellana y fulminó de un plumazo las ambiciones de remontada rojiblancas en el segundo periodo. Porque poco o nada tuvieron que ver la primera y la segunda mitad. 

En el primer tiempo el Almería salió metido en el partido, consciente por una vez de que ya no había marcha atrás y otro patinazo sería definitivo porque pocos creen ya que este equipo sea capaz de alcanzar la proeza de sumar al menos diez puntos de doce que restan en juego. 

Con Rodri en punta y Suso enchufado, por unos instantes se revivió la fructífera conexión de las primeras jornadas entre dos futbolistas que de no ser por su intermitencia e irregularidad habrían propiciado grandes tardes de gloria al Mediterráneo. 

Apenas había transcurrido un minuto cuando un buen pase de Suso propiciaba el control de Rodri al borde del área y un disparo envenenado que salía por poco rozando el poste de la meta de Yoel. El Celta, parapetado en la ambición ofensiva de Luis Enrique con su arsenal de jugadores de corte atacante, daba la réplica con un caracoleo en el área de Nolito bien abortado por los centrales locales. 

El inicio vibrante se confirmaba a los diez minutos con un gran control de pecho de Rodri al borde del área a pase de Nelson y mejor giro para desembarazarse de los marcadores y disparar cruzado a la base del poste. 

El Almería se gustaba y al cuarto de hora pidió un posible penalti por manos de Fontás en el despeje de un disparo de Suso, pero el Celta respondía de nuevo a través de Nolito, a quien tras recibir un buen pase en profundidad de Krohn-Dehli se le hacía de noche ante la salida de Esteban. 

Era solo el preludio de la tempestad que iba a desatar Rafinha en el área unionista tirando un caño para burlar a Azeez y propiciando con su intento de remate que el propio Nolito culminara la jugada colocando el balón lejos del alcance del meta avilesino. 

Hubo minutos de confusión en los que Rafinha campó a sus anchas y Krohn Dehli hizo a Soriano perseguir sombras hasta que fue prematuramente sustituido por Jonathan. Con el burkinés en el campo iba a llegar el empate gracias a la astucia de Mané en el saque de una falta para un Tébar sin vigilancia que luego pudo asistir a Rodri y que éste marcase desde el suelo a la segunda intentona. 

Antes del descanso Mané se ganó una amarilla por reclamar otro penalti por manos en el área celtiña. Y luego devino el eclipse con el gol antirreglamentario de Charles que dejó al Almería sumido en unos minutos de depresión en los que los vigueses apuntillaron. Nolito firmaba el tercero tras irse en velocidad Orellana por la banda (un descolgado Nelson habilitaba su posición) y el propio chileno hacía el cuarto. Nolito rozó el quinto antes del maquillaje de Óscar Díaz. Segunda se avista a la vuelta de la esquina.

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